Antípodas o no

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

BEN MCKAY | EFE

25 ene 2023 . Actualizado a las 15:55 h.

Nueva Zelanda rezumó siempre la evocación misteriosa de quien se ubica en tus antípodas. De pequeña, ese territorio tan exótico, que ya en su nombre contravenía las reglas ortográficas vigentes, se proyectaba en la imaginación como un mundo al revés al que se podía acceder cruzando por su interior el globo de la Tierra y asomar al otro lado para vernos mejorados en su reflejo. Nueva Zelanda sonaba a aventura imposible de acometer cuando los kilómetros medían más kilómetros que ahora, pero quienes conseguían llegar hasta allí contaban un asunto asombroso que echaba más madera a la fábula: era como Galicia a lo bestia.

Dicen (e investigan) que a Nueva Zelanda llegaron primero los gallegos que Cook; que un histórico jefe maorí, Te Rauparaha, inventor de la haka, podría ser descendiente de paisanos de Breogán que naufragaron en sus costas (lo investigó Robert Langdon); que hay una toponimia coincidente que delata vínculos estrechos; que el paisaje es cagadito y las personas por ahí andan, y que esa conexión desde la lejanía más extrema explica que los kiwis progresen aquí como los grelos, que los hórreos de allí se llamen patakas y que el árbol más antiguo de A Coruña sea el metrosidero de la policía, cuyas semillas llegaron de aquellas lejanas tierras del Pacífico.

Cuentan también que aquí se integran de cine los jugadores de rugbi que allí se reclutan, y que los aborígenes mantienen un aire de familia que, si se escruta de cerca, coincide con el de un nativo de Lorbé.

Menos nos parecemos en el progreso de una mujer joven a la presidencia del país, circunstancia inédita en Galicia hasta la fecha, mujer que acaba de renunciar, aburrida y cansada de tanta patochada machista. Y también en eso nos parecemos.