El lado oscuro de «MasterChef»

OPINIÓN

Patricia Conde
Patricia Conde

03 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años que MasterChef dejó de ser ese reality divertido, blanco y lleno de sorpresas que permitía que toda la familia se sentase juntita a verlo en el sofá. Desde hace tiempo, los malos rollos se asoman a estos fogones, que se han convertido en una estufa de veneno. Sobre todo entre el famoseo que, lejos de dar ejemplo de compañerismo, ha acabado por destapar una olla de odios, drogas y rock and roll. La última ha sido Patricia Conde, que en un giro de guion, terminó por descolgarse de la final del show con una huelga de brazos caídos que los espectadores no entendieron. Ella sí. Por eso ha acusado a la productora de tongo, de tener ya un candidato ganador en la meta, y se ha defendido de quienes la señalaban de consumir drogas echando la culpa a otros. No parece, desde luego, la mejor de las recetas para este menú emponzoñado que cocina cada edición este reality. Después de la tristeza de ver a Verónica Forqué en aquel durísimo momento, de recordar a Mario Biondo, que también formó parte de esta familia televisiva detrás de las cámaras, ahora nos encontramos con esta guerra soterrada de intereses, trampas y malos sentimientos, que ponen a MasterChef en el punto de mira. Como si tuviera un lado oscuro que enturbia a quienes pasan por allí. De Patricia Conde teníamos una imagen positiva y alegre. Y ha salido de este horno chamuscada. Todo sea por la pasta que ganan.