Nos expulsan sin argumentos

José Pino, capitán de pesca FIRMA INVITADA

OPINIÓN

Eliseo Trigo | EFE

02 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando entramos en la UE tuvimos que abandonar unos caladeros que habíamos descubierto y donde habíamos pescado solos porque a nadie le interesaban aquellos mares tan alejados, ni siquiera a sus dueños. Caladeros que no nos hicieron abandonar ni los submarinos alemanes de la Segunda Guerra Mundial ni las octavillas que arrojaban los aviones ingleses avisando del peligro, pero nos ajustamos.

Una vez en la Unión Europea, nos prohibieron las volantas, arte que usábamos, y nos reciclamos. Nos vendieron la necesidad de regular mediante cuotas y licencias, y nos adaptamos. Nos impusieron el mantra del rendimiento máximo sostenible (RMS), y lo alcanzamos, aunque nos sigan diciendo que los stocks están sin recuperar. Nos mandaron limitar boyas, mallas, redes y lastres, sabiendo que no se ajustaba a la realidad laboral, y lo hicimos. Nos exigieron una severa normativa sanitaria y de riesgos laborales, y la cumplimos a rajatabla. Intentaron acabar con la pesca española con trabas, prohibiciones, regulaciones, obligaciones y hasta normas sin sentido, pero no contaban con el afán de supervivencia y resignación del pescador patrio.

Lo que no me puedo creer es que un eurocomisario de un país tan alejado de la realidad pesquera, con mentalidad esteparia, amparado en la Comisión y sin encomendarse más que al saco del ecologismo, en el que entra de todo, vaya a pasar a la historia como el individuo que expulsa a una flota con argumentos de protección de la flora por encima de la fauna; no por exterminar peces, sino por proteger esponjas a cien kilómetros de la costa, que igual haberlas haylas, como los corales, pero si siguen en su sitio es señal de que nadie las captura.

Barra libre pues a la pesca pelágica, la única que no toca fondo pero arrasa con todo lo que nos insuflan los verdes que hay que proteger: cetáceos, lunas, tortugas… Todo el elenco por el que nos hicieron colocar elementos disuasorios en nuestras redes demersales. Y es que no hay peor enemigo que el que quiere eliminarte sin argumentos.

Toca al Gobierno meter a uno u otro lado, parar esto y mandar ciar.