El centro de la nación estará el martes en el Senado. La política en España se pone más presidencialista que nunca y se va resumiendo en el duelo Sánchez y Feijoo.
Los dos llegan fortalecidos a la cita. Sí, los dos. El líder del PP ya estaba en racha, con esas encuestas que dopan sus posibilidades, pero de las que debe desconfiar de forma muy seria. Tiene que ser más gallego que nunca. Aún no ha conseguido nada. Solo son sensaciones. Con sensaciones no se llega a la Moncloa. Que Sánchez le comprara la bajada del IVA del gas es un paso, después de que todo el Gobierno criticase la propuesta del PP.
Pero también este hecho tiene otra lectura. Demuestra la ductibilidad infinita de su rival, el presidente Sánchez. El hombre capaz de defender lo que haga falta. El resistente. Sánchez no llega tocado al debate. Llega resucitando. La política va de ganar el relato y el relato lo iba ganando Feijoo, pero el presidente del Gobierno aprovechó agosto al máximo. Sacó rendimiento al perfil más bajo del gallego. Puso a todo su equipo a atacar a su rival. Llovieron los insultos. La operación mantenerse en la Moncloa está en marcha. Y tiene muchos puntos fuertes.
El primero es que es más fácil ganar desde el poder, sobre todo cuando el dinero de Europa parece infinito. Sánchez se gastará todo el dinero que pueda y más. La operación transporte público le ha salido bien. Le vuelve a posicionar como el campeón de los más necesitados. Como el político que sí piensa en ellos para salir del hoyo. La izquierda social. No será la única operación para repartir euros. Ya vivimos los 400 euros del bono cultural con el fin de seducir a los jóvenes de 18 años que debutan en el voto y reafirmarse en otra premisa falsa: es la izquierda la única que piensa en la cultura. O incluso llegar más lejos y afear a la derecha una incultura perpetua.
Esa falta de preparación es precisamente el segundo punto fuerte que han utilizado este verano para minar la credibilidad de Feijoo. Les da igual que haya gobernado una comunidad durante legislaturas. La consigna es clara. La derecha es zafia. No sabe. Su candidato no está preparado. Se equivoca continuamente. Agrandarán cada error que pueda llegar a cometer Feijoo. Es su estrategia. Se lo dirá el martes en el Senado. A ver si se prepara las cosas, señor Feijoo.
El tercer punto fuerte de la resurrección es el descenso de Sánchez a la calle y la operación abrir la Moncloa a los ciudadanos. Mañana recibirá a un grupo de ellos para que le cuenten sus problemas, sus quejas. Es su operación dejad que la gente se acerque a mí.
El casting será espectacular. La Moncloa dice que es un formato inédito. El presidente, cara a cara con votantes que le han escrito estos años y que han sido seleccionados para confrontar el lunes con él. La operación escucha recuerda mucho al proceso que abrió Yolanda Díaz, pero a Sánchez no le preocupa robar ideas, aplicando esa plasticidad que le define como un rival muy difícil de batir por un Feijoo que no tiene tan prodigiosa cintura.
Mientras, en contra de Sánchez, la tozuda economía.