¿Quedan 60 cosechas en la Ribeira Sacra?

Antonio Roade COPROPIETARIO DE LA BODEGA LAGAR DO VENTO, MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE VITICULTURA REGENERATIVA Y MÁSTER EN SOSTENIBILIDAD POR LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

08 ago 2022 . Actualizado a las 10:52 h.

Cuando hablamos de la Ribeira Sacra, siempre lo hacemos de su pasado. Esta vez lo haremos del futuro, y en concreto, del de uno de sus patrimonios más preciosos: la viticultura. El vino en la Ribeira Sacra no solo es una importante fuente de riqueza. Puede ser además un instrumento para regenerar el ecosistema y luchar contra el cambio climático.

La viticultura en la Ribeira Sacra prosperó gracias al clima de influencia mediterránea y a la riqueza mineral de su suelo. Desgraciadamente, el abuso de prácticas irresponsables puede poner en peligro su continuidad. La viticultura enfocada en la máxima productividad se abre paso formando artificiales monocultivos de viñedo que requieren de un uso indiscriminado de fertilizantes químicos y productos fitosanitarios, lo que no solo perjudica la diversidad de flora y fauna y perturba los ciclos naturales del suelo, sino que lo convierte en un «yonqui» al que solo esos productos mantienen con vida. Un modelo de viticultura industrial, tan común en gran parte de la península, no debería ser preferente ni en la Ribeira Sacra ni en Galicia.

Frente a este paradigma, son cada vez más los viticultores que utilizamos una serie de prácticas que se suelen englobar bajo el término de viticultura regenerativa, prácticas orientadas a un objetivo muy concreto, la regeneración del ecosistema de la viña.

Utilizar cultivos de cobertura alrededor de las vides para ayudar a crear y mantener un suelo sano y fértil, promover la biodiversidad autóctona (vegetal y animal, micro y macrobiológica) para prevenir plagas, o utilizar estiércol local son algunas de estas prácticas que nos ayudarán a que estas crezcan fuertes y sean fuentes de vida. Gracias a estas prácticas, además, se puede lograr a que los viñedos sean sumideros de CO2, ayudando mitigar el calentamiento global.

Además de beneficiosa para el medio ambiente, la viticultura regenerativa ayuda a transmitir el carácter de nuestro terroir a nuestros vinos, diferenciándolos frente a producciones masificadas y estandarizadas típicas de otras latitudes. Ojalá algún día las instituciones incentiven y reconozcan estas prácticas, no solo por el bien del medioambiente sino también por la viabilidad de nuestro sector.

La viticultura es un patrimonio a proteger en la Ribeira Sacra tan tangible y valioso como el artístico y el arquitectónico, fundamental para mantener la riqueza y belleza del entorno. Se dice que aquí se lleva produciendo vino desde la época de los romanos. Pero si no prestamos atención a nuestro suelo y a su biodiversidad, podría tener sus cosechas contadas. Hay quien dice que nos quedan 60.