Piqué, marca España

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

SUSANA VERA | REUTERS

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Imaginen. Imaginen que Sergio Ramos sigue jugando en el Real Madrid. Y, después de decir que el fútbol es de los seguidores de los equipos, negocia para llevar la Supercopa a Arabia Saudí y cobrar una comisión millonaria. Salen a la luz conversaciones con el presidente de la Federación Española de Fútbol. Dice que pueden recurrir a la mediación del rey. Del emérito, ojo. Además, también se hace público que Ramos intentó que la federación lo enchufara en los Juegos de Tokio intentando que el asunto quedara entre ellos dos y el seleccionador. Imagine. ¿Qué hubiera dicho Gerard Piqué de todo esto? Pues que así le luce el pelo a esta Españita nuestra que guarda el germen de todos los males. Y que los hilos ahora no solo se mueven desde el palco del Santiago Bernabéu, también se manejan desde el césped. Pero resulta que el conseguidor cazado es el propio Piqué, un señor que resulta que habla monárquico en la intimidad pecuniaria. Ante la pregunta de si no ve conflicto de intereses, siendo juez y parte del asunto, responde: «Somos un país en el que ha habido tantas malas experiencias a nivel político y de todo, que parece que a la mínima que hay algo, pinta mal y hay gato encerrado. Los japoneses, cuando hay algo, así se suicidan. Los alemanes se sienten mal, se quedan con la conciencia intranquila… Que lo hagan 100.000 personas o 10.000 no significa que lo haga todo el mundo». Otras culturas, comenta. Lo de la política, la moral, los derechos y otros pequeños detalles en Arabia Saudí o Catar, mejor para otro día. O para ningún día, mientras suelten petrodólares. Queda claro que Piqué tampoco es japonés ni alemán. Es, en todos los sentidos, marca España.