Larga vida al Defender

OPINIÓN

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22 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El rey ha muerto, viva el rey. En realidad era duque, porque el ministerio de Irene Montero todavía no ha dicho nada de que en el Reino Unido las mujeres consortes puedan ser reinas pero los varones no puedan ser reyes, pero seguro que lo tiene entre sus objetivos prioritarios. El caso es que Felipe de Edimburgo tuvo un funeral de reyes, a pesar de la escueta lista de invitados, de la sencillez del acto y la modesta capilla que acogió el oficio religioso. Y aunque las crónicas se empeñen en buscar la noticia en los dos hermanos a la greña y separados por su primo durante el cortejo fúnebre, o en la condesa de Mountbatten, «amiga íntima» del finado, ni ellos ni la mismísima Isabel II pudieron hacer sombra al auténtico protagonista de la ceremonia: el Land Rover Defender que transportó el féretro con los restos mortales del duque.

El Defender nació con ese nombre en 1991, aunque en realidad había sido presentado en 1983 como Land Rover 110 (el número hacia referencia a la distancia entre ejes, en pulgadas). Era la evolución del primer todoterreno de la marca, producido en 1948 como Land Rover I y que se planteaba como alternativa al Jeep Willys americano de la Segunda Guerra Mundial. A diferencia de este, tenía puertas, podía montar techo rígido y las llantas eran de aluminio y no se oxidaban, por lo que estaba hecho para durar; casi medio siglo después, en 1992, Land Rover aseguraba que el 70 % de los vehículos que había construido estaban todavía en uso.

El Defender mantuvo el diseño cuadrado y las líneas rectas de su carrocería, que apenas varió en toda su etapa de producción hasta el 2016. Su chasis de largueros, su altura al suelo, su interior espartano pero robusto y sus extraordinarias aptitudes off-road hicieron de este coche el 4x4 por antonomasia. Se vendió por millones y se utilizó (y se utiliza) en los paisajes más extremos y para las actividades más duras: expediciones, bomberos, militares... Pero hace un lustro alguien pensó que era un anacronismo y mando parar. El Defender resucitó el año pasado, pero ya no es el Defender, sino un todocamino de lujo con precios que parten de 60.000 euros y hasta más de 142.000. Nada es eterno. Ni siquiera algo tan british como Land Rover, que después de pertenecer a BMW y Ford hoy está en manos del grupo indio Tata.