Venta de niños

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

17 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sucedió un sábado por la mañana. Había acompañado a mi madre a la compra y estábamos en la zona de la fruta. Llegó a la cola un hombre que llevaba en el carrito pocas cosas y un niño de dos o tres años. Le pregunté al hombre en qué estantería había encontrado al niño y si quedaban más como ese. El niño me miró con una sonrisa medio vergonzosa y medio burlona, porque advertía la broma o porque dudaba de mi cordura. No sé. Su padre señaló hacia una esquina del supermercado y me dijo: «Por allí. No quedaban más, pero tampoco te lo recomiendo». Ahí ya nos reímos los dos y se unieron mi madre y el niño. Pero la criatura siguió sin hablar y, al despedirme, le dije: «Los niños no se venden», pero lo añadí con cierto temblor interno, porque sabía que sí se venden niños, aunque pensaba que no tan cerca. La niña de doce años vendida para saldar una deuda de quince mil euros me trajo esta historia a la cabeza. Pensé en lo poco eficaces que pueden resultar las leyes de protección a la infancia, como la que se aprobó esta semana, si no se respaldan en una cultura de respeto, de veneración casi, por los niños y los mayores. Y este respeto obliga a reforzar el sentido que la familia siempre ha ocupado en nuestra civilización. Sin una cultura familiar sólida, en efecto, los niños están vendidos. Parece innecesario explicar hasta qué punto. Todos hemos visto lo que ocurre cuando no hay familia o la familia no funciona.

Gracias a Dios, todavía nos escandaliza la brutalidad de tasar como mercancía a la niña de doce años. Pero no deberíamos engañarnos con la idea de que solo ocurre en otras culturas y geografías. ¿Por qué, si no, hay tantos miles de niños acogidos por los servicios sociales?

@pacosanchez