Obesidad psicógena: comer para calmarse

Pilar Conde LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

09 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La ansiedad es uno de los enemigos de nuestro tiempo y se manifiesta en nuestra salud a través de las emociones y en cómo nos comportamos y actuamos frente a determinados estímulos y situaciones. Una de estos estímulos, que conforma nuestra rutina diaria y en torno al que organizamos el resto del actividades, tanto de trabajo como de ocio y sueño, es la comida. Cuando la ansiedad y el estrés interfieren de manera negativa en la comida, dando lugar a conductas inapropiadas y a un peso no saludable, hablamos de obesidad psicógena.

La obesidad psicógena se puede definir como el exceso de peso contraído al comer para calmarnos, para sentirnos mejor, para obtener una recompensa cuando las cosas no van como nos gustaría o, simplemente, cuando no podemos controlar el entorno.

Es un diagnóstico no exento de peligro puesto que supone un círculo vicioso que precisa de ayuda profesional para romperse antes de que acabe en trastornos de la alimentación como la bulimia o el atracón (comer hasta no poder más sin control) y en conductas como el vómito o el abuso de laxantes. Este círculo vicioso consiste en comer para no estar triste, pero vernos con sobrepeso y sentir la pérdida de control nos entristece, por lo que comemos más para intentar sentirnos bien.

Los profesionales de referencia aquí son psiquiatras y psicólogos, apoyados por nutricionistas en tratamientos multicomponentes. Enseñan a comer sano y a disociar la alimentación de los estados de ánimo. Después se trabaja la regulación emocional, a través del control del impulso y de la modificación de los pensamientos irracionales. Los terapeutas trabajan en la gestión de las fortalezas de la persona, su seguridad personal, sus problemas de autoimagen y de relación social.

Cuando aún no se ha llegado a tal asociación comida-recompensa y a conductas inapropiadas como el trastorno del atracón, pero se está comenzando a vincular alivio con comida, se pueden seguir ciertas pautas para autorregularnos:

1. Establecer horarios y lugares específicos para comer dentro de la casa y, si es posible, hacerlo siempre con compañía.

2. Planificar lo que se va a comer cada día, diseñando la compra de alimentos.

3. Huir de espacios de alimentación que estimulen nuestros deseos con productos atractivos pero no necesarios.

4. Valorar la realización de la compra on line, en la que caeremos menos en la tentación.

5. Cocinar con el estómago lleno y con alimentos sanos a la vista.

Por último, el mindful eating, la alimentación consciente, la percepción del proceso de la comida -el qué, cómo, cuándo y dónde- nos ayudará a controlar cualquier trastorno alimenticio y a combatir, a la vez, el estrés y la obesidad.