El silencio de Cavadas

Carlos G. Reigosa
carlos g. reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

01 feb 2021 . Actualizado a las 09:36 h.

El muy acreditado cirujano español Pedro Cavadas, presidente de la fundación que lleva su nombre, y que proporciona una cirugía reconstructiva muy avanzada y gratuita en África Oriental, es también el jefe de una unidad de microcirugía y cirugía reconstructiva en Valencia. Su prestigio internacional es incuestionable y su crítica a la gestión de la lucha contra el covid-19 en España fue muy contundente.

 Cavadas alertó el pasado año sobre la agresividad del coronavirus y la facilidad para contagiarse. Luego, en septiembre, ante lo que veía en España, pidió «una auditoría con técnicos de verdad», que no tuviesen ningún peaje político ni económico que pagar, porque esto «prostituye completamente los resultados». En este sentido, criticó el papel del Gobierno y, en particular, el de Fernando Simón, y aseguró algo sabido: que «no ha habido expertos reales manejando el problema».

Asimismo, expresó su temor a que «un país arruinado, sin gestores independientes, no lo tiene fácil». Y aseguró que «no ha sido el virus, sino la respuesta, lo que ha provocado el empobrecimiento de España». Porque, según él, «son las respuestas tardías, descontroladas y descoordinadas las que provocan el daño en el tejido económico».

He tomado estas declaraciones de Internet y provienen de distintos medios de comunicación. Mi propósito no es otro que el de no contribuir al rechazo oficial ante tales afirmaciones, porque creo que el silenciamiento es contraproducente. Y tampoco me gusta que la respuesta del Gobierno sea el mutismo prepotente y necio que manejaba por entonces.

Cavadas habló primero de las consecuencias del virus, del fin de la pandemia y de la vuelta a la normalidad. Pero no creía que esta normalidad llegase antes de dos o tres años, con lo cual, la economía tardaría una década en recuperarse.

En este sentido, era pesimista respecto de las expectativas del Gobierno y confesaba su temor a que «esto no va a acabar bien». Pero en seguida fue atacado en tromba por los expertos oficiales con la versión única.

Cavadas se concentró entonces en lo suyo, es decir, se calló y cedió la palabra a los contorsionistas habituales. Una pena, porque su voz sumaba.