Mercadeo indecente

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

MAURITZ ANTIN

30 ene 2021 . Actualizado a las 09:45 h.

La UE financió con 2.700 millones de euros vacunas contra el covid-19. Y aún así corre el riesgo de quedarse desabastecida. No tanto por la norteamericana Pfizer como por la británica AstraZeneca que, en opinión de los responsables comunitarios, incumple el contrato y desvía su producción a otros países. Lo que ha dado en llamarse guerra de las vacunas no ha hecho más que comenzar y nos deja un panorama de gran enredo y escaso optimismo.

Pero no es nada nuevo esto de que las grandes compañías que dominan el mercado mundial de los medicamentos utilicen las amenazas y el chantaje. Lo hacen con demasiada frecuencia. Nuestras vidas forman parte de un mercadeo indecente que se ha incorporado con toda naturalidad a estos tiempos, sin que se adopten las medidas efectivas para acabar con él. Un mercadeo que permite a las empresas dispararse en bolsa y obtener beneficios galácticos para cualquier otra actividad, mientras seguimos contando muertos.

Conocido es también que los grandes remedios farmacológicos dan sus primeros pasos en laboratorios de universidades y empresas públicas, y que echan a andar con el dinero de todos. Y que, cuando ya han avanzado lo suficiente, las compañías los hacen suyos, los sacan al mercado y, ejerciendo el monopolio, los venden a los estados a precios irracionales. Ocurre con los de la malaria, esclerosis, difteria o la rabia. Con todos.

Por eso, y al tiempo que ponemos la mirada en el mercadeo obsceno de los laboratorios, debemos hacerlo también en la UE y en la negociación llevada a cabo, por mucho que ahora se ampare en el incumplimiento del contrato, del que curiosamente oculta el precio y las dosis mensuales. Porque estaba advertida. Y podemos empezar a pensar que la vuelta a la normalidad, frente a EE.UU. y el Reino Unido, más avanzados en la vacunación, va a sufrir un notable retraso.

Acudir a los tribunales, imponer sanciones o bloquear las exportaciones de AstraZeneca, con lo que afectaría al resto del mundo, son las alternativas que le quedan a la UE. Que es lo mismo que decir ninguna, porque cualquiera de ellas se resolverá en años. Así que encomendémonos a la providencia porque de esto ya estábamos avisados.