Más aprietos para la flota pesquera española

Javier Garat FIRMA INVITADA

OPINIÓN

JOSE MANUEL CASAL.

18 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La incertidumbre ha dejado paso a la decepción. Se mire como se mire, la conclusión del acuerdo alcanzado sobre el reparto anual de los Totales Admisibles de Capturas (TACS) y las cuotas pesqueras del Atlántico y el Mar del Norte, y el plan para el Mediterráneo, es que nuestros pescadores tendrán menos posibilidades de pesca en 2021 que en 2020. Y eso, en una coyuntura tan complicada como la que ha generado la Covid-19, se traduce en pérdidas económicas y de empleo. Queda la sensación de que la Comisión Europea ha olvidado el factor humano; con su decisión ha demostrado ausencia de sensibilidad con los pescadores y con sus familias, que están sufriendo las consecuencias.

Desde fuera del sector resulta fácil ver en positivo los resultados de la negociación. España ha logrado reducir el recorte propuesto para la merluza de aguas ibéricas del 12,8% al 5%, y el del lenguado en las mismas aguas ha bajado del 40% al 20%. Además, la reducción de actividad planteada en el plan de recuperación del Mediterráneo Occidental ha quedado en la mitad ?del 15% al 7,5%?. Suena bien. Incluso nuestro ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, lo ha calificado de «buen acuerdo sobre las posibilidades pesqueras de la flota española para 2021».

No quiero pecar de pesimista, pero, visto desde dentro, conociendo la realidad y las circunstancias actuales del sector pesquero español, el acuerdo logrado dista de ser bueno. Aunque menores a las planteadas en un principio ?menos mal? incluye finalmente recortes en diversas especies de gran interés para España, como la merluza sur (Cantábrico, Golfo de Cádiz y Portugal) que ve sus capturas recortadas un 5%; el lenguado, que baja un 7% en zona VIII ab y un 20% en la zona VII C, caladero nacional; la cigala del Golfo de Cádiz (Unidad Funcional 30), con una reducción del 15%, o el besugo (voraz del Estrecho), que baja un 20%.

En cuanto al Mediterráneo, es de lamentar que no se haya tenido en cuenta la solicitud del sector de no reducir ni un día más de pesca en 2021 y, si bien se ha conseguido frenar parcialmente la propuesta inicial de recortar los días de pesca del plan de gestión para los recursos demersales del Mediterráneo occidental del 15% a 7,5%, consideramos un fracaso el resultado. Este nuevo ajuste puede causar un daño irreversible a la flota de bajura y sigue olvidando que resolver los problemas del Mediterráneo requiere de una perspectiva global, teniendo en cuenta todos los factores que inciden en la situación de las especies y no solo la pesca.

Curiosamente, tal vez la mejor noticia haya sido la decisión de la UE de aparcar el reparto de las 119 especies pesqueras de gestión compartida con el Reino Unido, incluida la merluza, el rape o el gallo en aguas del norte, y prorrogar las cuotas afectadas durante el primer trimestre del año, posibilitando pescar en esos meses un 25% de lo acordado para 2020. En algunas de las especies, como la caballa, la bacaladilla y el jurel, se aumentará hasta entorno al 65 % del TAC durante esos tres meses. No obstante, para la flota que pesca rape puede suponer un problema serio, puesto que, con las escasas cuotas que tenemos antes de los intercambios con otros países, es casi seguro que tendrán que parar la actividad antes de que finalice el trimestre.

Por todo ello, a pesar de los esfuerzos que me consta que han hecho el Ministro Planas y su equipo, el resultado solo se puede calificar de negativo. Esperemos que lleguen tiempos mejores. Solo me queda pedir a los ciudadanos españoles que consuman muchos pescados y mariscos. Será la mejor forma de apoyar a nuestro sector pesquero para intentar salir adelante en estos complicados momentos.