Kamala Harris, elefante blanco

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

TOM BRENNER | Reuters

22 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de Trump ya lo hicieron las hijas de aquel que lo llamaba Trrrrump: Hugo Chávez. Rosa Virginia y María Gabriela, contaba la prensa de aquellos días, tras la muerte de su padre se atrincheraron en La Casona y al parecer daban unas fiestas que temblaba Venezuela. Yo me imagino a Trump organizando guateques como los de las hermandades universitarias y bailando eso que baila él, con el tupé inamovible y un tanga de leopardo. Vamos, como Berlusconi cuando estaba en plena forma, a punto de cumplir ochenta.

Trump, ya nos ha explicado, no tiene problemas para ligar, y tampoco, por lo que se ve, para jugar al golf, donde me imagino que siempre gana, sobre todo porque el campo es suyo y sus compañeros acabarán aceptando pulpo como animal de compañía.

Dicen los que saben que Biden es solo la alfombra para la entrada triunfal de Kamala Harris en la historia, primera presidenta mujer y negra. Lo de negra, no hay más que verla, es falso, claro, pero pertenece a las características del pensamiento americano: si no es blanca, es negra.

Yo, con el nombre de Harris publiqué hace unos años una novela india titulada Néctar en un Tamiz, de una escritora de culto que se llama Kamala Marcandaya. Ojalá esto sea un augurio de que la cultura regresa al país más histriónico, donde o eres pacifista o vas armado hasta los dientes. Y que llega desde Jamaica (las Indias Occidentales) y desde la India, la de verdad.