El «no» es claro y directo. Ni un euro más

Lorenzo Amor

OPINIÓN

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La respuesta a la pregunta es un claro y directo no. Ahora no toca subir impuestos. En un momento como el actual, donde tras una durísima crisis sanitaria que aún no ha acabado hemos llegado a una crisis económica que tampoco habíamos conocido nunca, hablar de subir impuestos o quitar la flexibilidad laboral es anunciar un daño tremendo a los autónomos, a las empresas y a nuestra economía en general.

Se hace más necesario que nunca apostar por los autónomos y las pequeñas empresas, que son los que generan puestos de trabajo. Por ello, hay que salvar la actividad empresarial y el empleo y no llevar a cabo medidas que asfixien aún más la delicada situación que están atravesando miles de autónomos en la actualidad. Es lo peor que se puede hacer.

El PIB registra la mayor caída desde que hay registro, desplomándose la economía española un 5,2 % en el primer trimestre del año. Con estos datos y unos meses realmente complicados por delante es fundamental generar confianza a través de ofrecer seguridad jurídica que a su vez dará credibilidad y atraerá y retendrá inversiones. Es necesario buscar consensos para afrontar la crisis y para adoptar esas medidas es necesario el diálogo social y disponer de un marco regulatorio más flexible. Hay que adaptar los cambios de la economía española eliminando trabas burocráticas a la actividad empresarial.

Si miramos lo que se hace en otros países de la Unión Europea, vemos como Alemania está bajando el IVA al turismo y como Portugal ha reducido el impuesto de sociedades, por lo que plantear en España una subida tributaria generaría una brecha importantísima para la competitividad de las empresas y los autónomos. Lo que tiene que hacer el Gobierno es buscar un escudo de liquidez para muchas compañías que lo van a necesitar el próximo otoño, después del 30 de septiembre, fecha en la que finaliza la extensión de los ERTE y de la prestación por cese de actividad para los autónomos. Hay que esperar al menos hasta el 2021 para plantearse una subida impositiva u otras decisiones de este estilo.

Aunque es cierto que el 90 % de los autónomos ya han vuelto a su actividad, hay que tener claro que activación no es recuperación. Las cifras hablan por su solas: el 60 % del colectivo al que represento y que ha retomado su actividad tras el parón impuesto por el covid-19 registra una caída de actividad por encima del 60 % con respecto a la misma temporada del año pasado.

El 10% de autónomos, unas 350.000 personas, que no ha podido volver a la actividad es debido a las actuales restricciones por la pandemia. Sectores como el comercio, la hostelería, la educación o actividades artísticas son los más afectados; multitud de hosteleros y comerciantes que tienen su negocio en hoteles o campos de fútbol aún permanecen cerrados y les espera un corto?medio plazo realmente complicado. Tampoco han retomado su negocio los autónomos fijos discontinuos, esto es, profesionales por cuenta propia que realizan una actividad de temporada como los feriantes. Dadas las características de su sector, no estaban dados de alta en la Seguridad Social el pasado 14 de marzo, situación que les dejó fuera de cualquier tipo de ayuda, autónomos que trabajan habitualmente seis meses al año y que habían quedado desprotegidos. ¿Y encima les ayudamos con una subida de impuestos? No es el momento. La historia económica reciente nos dice que ese no es el camino. Y solo recordar lo que desde la organización que presido siempre hemos defendido: si a los autónomos les va bien, a nuestra economía y a nuestro país también le irá bien.