Gente con muchas luces y sin ellas

OPINIÓN

MARTINA MISER

28 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy voy a contarles un cuento, o mejor dicho, una fábula. La de una pequeña empresa coruñesa de iluminación que esquivó la crisis del covid-19 a pesar del cierre obligado por el estado de alarma y el bloqueo del comercio internacional. Led Atomant (en inglés, atom ant significa hormiga atómica) nació hace ocho años de la mano de tres amigos sin experiencia en el sector; uno tenía un bar, otro un hostal y el tercero una imprenta. Héctor Cañete comenzó a comprar leds (light-emitting diode) para su establecimiento como una forma de ahorrar un poco en la factura de la luz. Junto a sus colegas, vio el potencial que podía tener este tipo de iluminación y decidieron montar una tienda de solo 6 metros cuadrados en la que vendían bombillas led.

Sin saber nada del negocio y sin hablar inglés, viajaron a una feria de Hong Kong donde entraron en contacto con distintos proveedores. Poco a poco fueron desarrollando sus propios productos con fábricas en China, y a finales del 2016 empezaron a vender a través de Amazon. Hoy son propietarios al cien por cien de una factoría de dispositivos led en el país asiático y colaboran con otra, y disponen de cuatro naves industriales en A Coruña donde almacenan su stock.

Como son dueños de toda la cadena, desde el diseño y fabricación hasta la venta, pueden distribuir un producto de alta calidad y a precios competitivos. Cuando se iniciaron en la venta online tuvieron que contratar a 14 personas para gestionar los pedidos, y la demanda no ha dejado de incrementarse durante la pandemia. La crisis del covid estalló a mediados de enero, coincidiendo con el cierre por la celebración del Año Nuevo chino, pero ellos ya lo habían previsto y tenían en camino diez contenedores, lo que les ha permitido contar con existencias suficientes durante estos primeros meses del año. Su forma de trabajar consiste en adelantar los envíos de mercancía al menos dos meses, lo que supone un riesgo financiero importante, pero les ha resultado una estrategia de éxito en estos tiempos.

Ahora díganme por qué una insignificante pyme puede tener esa capacidad previsora y todo un Gobierno, con sus ministros, secretarios de Estado, directores generales y el asesoramiento de los más prestigiosos institutos científicos, fue incapaz de dotarnos de algo tan básico como unas mascarillas. La moraleja la pueden poner ustedes.