El virus puede con el Mobile

OPINIÓN

13 feb 2020 . Actualizado a las 10:00 h.

Parecía una infección leve, pero el contagio se fue extendiendo y ayer ya eran más de una treintena las empresas que habían cancelado su participación en el Mobile World Congress. LG marcó el camino, con el argumento de «anteponer la seguridad y la salud de sus empleados, socios y clientes», y lo que parecía una ausencia sensible pero no dramática -la compañía coreana es actualmente el octavo fabricante mundial de smartphones, con una cuota de mercado del 3 %- se agravó gracias a un efecto bola de nieve que arrasó todo a su paso. Las bajas de Nokia y Ericsson (europeas y líderes en el negocio 5G), de AT&T, NTT DoCoMo y Deutsche Telekom (las mayores operadoras de telefonía de EE.UU., Japón y Alemania), de Intel, Facebook, Cisco y Amazon, entre otras, dejaron al Mobile herido de muerte.

Muy significativo ha sido el caso de la china Vivo, sexto vendedor de teléfonos inteligentes y parte del conglomerado BBK, propietario también de Oppo (quinta en el ránking) y OnePlus. Que una firma del país asiático decidiera no ir a Barcelona -también lo hizo Umidigi, especializada en accesorios- indica que ni las presiones de Pekín para defender su industria son más fuertes que la amenaza del coronavirus.

El Mobile es mucho más que estas multinacionales de la tecnología, que ocupan solo uno o dos pabellones de los diez que componen la feria. Pero sus stands son los más grandes -y para montarlos pagan sumas millonarias a la organización-, movilizan a miles de personas y son las marcas que concitan mayor atención mediática.

Más que intentar salvar el evento, la GSMA estuvo analizando las posibilidades de aplazarlo. Algo complicado, porque los grandes fabricantes de smartphones no van a esperar para presentar sus novedades y además hay una tendencia a hacerlo al margen de la feria, para diferenciarse del resto (Samsung y Huawei llevan años poniéndolo en práctica).

Para Barcelona, supone perder más de 400 millones de retorno económico y miles de empleos temporales, y sorprende que desde el Gobierno central y la propia alcaldía no hayan sido capaces de defender este maná. ¿Habría pasado lo mismo si el congreso se celebrase en Londres, París o Berlín?