Estamos viviendo un momento histórico en Galicia, la finalización de las obras y llegada del AVE, un paso determinante en la senda de una sociedad hiperconectada. La movilidad es un derecho, y en ADIF afrontamos esta fase final con la satisfacción de poner, sí, por fin, al servicio de los ciudadanos una infraestructura de referencia internacional, la excelencia en la ingeniería se devuelve al servicio de quien nos debemos, las más avanzadas tecnologías para la máxima seguridad, hacia la sostenibilidad del territorio que atravesamos, con las soluciones medioambientales más punteras que minimizan el impacto de este tesoro que estamos obligados a preservar.
Hemos esperado mucho, es verdad. Para los que conocemos los avatares de este proyecto sería sencillo seguir convirtiendo esta infraestructura histórica en un eterno juego de tronos, ahondando en las injerencias e incidencias de toda índole que se han producido. Pero no es momento de lamentos, ni de visiones catastrofistas sobre un proyecto que ya es una realidad; toca reconocer y apoyar a los equipos técnicos y a las empresas, volcados en llegar por fin al final del túnel, como los 126 kilómetros horadados en nuestras montañas, en este más que alargado periplo. Puede ser que los técnicos tengamos que hacer un esfuerzo mayor en explicar lo que la ingeniería pone al servicio de la gente, y cómo puede mejorar su vida, como los profesionales de la salud.
Este período, créanme es apasionante, ya no hay barreras de ninguna índole para terminar el AVE a Galicia; este proyecto es parte de todos y para todos, y transformará nuestra tierra.
¿Cuándo? En dos fases:
-En primavera culminaremos las pruebas desde Olmedo hasta Pedralba de la Pradería, una mejora de 50 minutos en los tiempos de viaje. Se pondrá en servicio ya inicialmente con ERTMS nivel 2 desde Madrid. Créanme, no es baladí, es el sistema europeo de señalización y telecomunicaciones más avanzado, máxima seguridad, máxima velocidad, máxima capacidad de la infraestructura, máxima fiabilidad. Podíamos haberlo puesto ya en servicio con el sistema convencional español, para ahorrarnos unos meses, y después tardar años en implantar el ERTMS, limitando frecuencias, tiempos de viaje, competitividad, fiabilidad de la línea y sin un sistema de supervisión continua. Con la convicción de que es nuestro deber hacerlo así, hemos conseguido poner en servicio la línea a Granada, que en 2015 se quedó sin conexión ferroviaria, y esperamos que se entienda aquí también. Porque desde la solvencia sí puede explicarse nuestra gestión con la máxima transparencia.
-Y el siguiente hito, la llegada a Ourense; estamos finalizando las obras entre Pedralba y Ourense y esperamos, si no nos acosan demasiados frentes meteorológicos que no podemos controlar, empezar estas pruebas en marzo.
He vivido estas obras desde todas las perspectivas, soy gallega y tengo el privilegio de gestionar esta puesta en servicio con mis compañeros. La responsabilidad es inmensa, por eso el ansia y la ilusión de ver este corredor acabado y puesto a disposición, no debe, no puede, alterar la quietud ni el rigor con el que nuestros mejores equipos, en coordinación con las empresas privadas que han logrado internacionalizar su excelencia, están trabajando. Se pondrá en servicio cuando finalicen todas y cada una de las pruebas de nuestro Sistema de Gestión de Seguridad, que habrá de ser validado por la autoridad competente, la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria. Cuando todos los procedimientos de validación, infraestructura, subsistemas, interfaces, compatibilidad tren - ruta estén probados y certificados por los correspondientes agentes.
No hay riesgo de interferencia, política o presupuestaria. No toca ahora la crítica destructiva, sí puede ser ocasión de agradecer, apoyar y ayudar a este gran equipo y empresas que trabajan hasta la extenuación. Desde ADIF responderemos a las expectativas, estén seguros.
No hay fórmula para fijar esa fecha exacta que se nos demanda, una línea de alta velocidad no se fabrica en serie. Por encima de todo está la seguridad, y todos los recursos para completar los procesos están en marcha. Solo faltaba que quien gestiona lo público no dé explicaciones, y en esta fase final, de requerimiento lógico de la sociedad, es responsabilidad de todos transmitir esta serenidad, que además, aumenta la banda de nuestra sensibilidad emocional.
Muchos son los proyectos que tenemos en curso para generar más valor a las personas, ligados a la inminente explotación del AVE a Galicia: liberalización, capilaridad territorial, intermodalidad, entre otros. Mucho que hacer, pero por fin vemos la luz. Porque hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos.
No hay riesgo de interferencia, política o presupuestaria. No toca la crítica destructiva, sí puede ser ocasión de agradecer, apoyar a este gran equipo y empresas que trabajan hasta la extenuación.