Cataluña y las listas de espera: los de fuera

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

Toni Albir | EFE

11 dic 2019 . Actualizado a las 12:09 h.

Hay un comodín que se sacan a menudo los que quieren sacudirse el polvo de las manos y dejarlas como si nunca se hubieran manchado. Es recurrente a lo largo de la historia para esquivar la culpa, sobre todo cuando viene de frente. Los de fuera. Casi mejor decir lo de fuera, como si hubiera algo indefinido y amenazante en el exterior, como en El ángel exterminador. Lo de fuera. La cosa. El penúltimo en utilizar esta regla básica del manual de la manipulación ha sido Rafael Ribó, defensor del pueblo catalán. Ribó relaciona las listas de espera sanitarias de su comunidad con los pacientes que les llegan de fuera para operarse allí. Es una de las causas. España nos roba plazas de quirófano. Ribó no rectifica, pero insiste en que no ha dicho eso. La frase es la siguiente: «Uno de los déficit que tiene la sanidad pública de Cataluña es que tiene un sobrecoste con la gente que viene a Cataluña a intervenirse». Se le olvida que la derivación de pacientes de una autonomía a otra se compensa económicamente. Y tampoco recuerda este señor que hay centros de referencia para ciertos tratamientos específicos y muy complejos que están pensados para atender a enfermos de todo el país. Pero la laguna más grande es obviar que, en cuestión de salud, todos necesitamos a todos. Hace poco España batió el récord de donantes en un solo día. Fueron 19 en menos de 24 horas y permitieron que se realizaran 38 trasplantes. En el operativo participaron Galicia, Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Valencia. Extremadura, Madrid, Murcia, el País Vasco, un hospital de Francia y Cataluña. Sí, Cataluña. Así se salvan vidas. Gracias a los de aquí, a los de allí y a los de más allá.