La guerra comercial entre Estados Unidos y China sigue su curso. Washington ha decidido extender otros tres meses la moratoria a su decisión de impedir que las empresas norteamericanas hagan negocios con Huawei. La compañía china reaccionó en un comunicado diciendo que su inclusión en la Entity List (la lista negra de Trump) ha sido más perjudicial para EE.UU. que para ella. Esto es interesante: ¿el veto es a Huawei o a las tecnológicas estadounidenses?
La firma de Shenzhen ha sufrido retrasos en el lanzamiento de algunos de sus dispositivos, pero no ha dejado de comercializar en todo el mundo móviles, relojes inteligentes, auriculares, portátiles... A fecha del 23 de octubre había distribuido 200 millones de smartphones durante el 2019, consiguiendo este hito 64 días antes que el año precedente.
Si hablamos de la tecnología 5G, las amenazas de Trump no han evitado que Huawei siga liderando este decisivo segmento de la industria de las telecomunicaciones. Tiene 2.500 patentes 5G (el 15 % del mercado), el apoyo de 40 operadores a nivel global y de países como Rusia, que quiere que todas sus grandes ciudades tengan acceso a la banda ancha ultrarrápida en el 2024. Incluso la tradicionalmente indefinida Europa no ha cerrado las puertas a Huawei y eso que cuenta con dos de sus principales competidores, Nokia y Ericsson.
El último de los móviles que Huawei ha lanzado es el Mate 30 Pro. El primero sin los servicios de Google. Presentado el pasado 19 de septiembre, su inusual tardanza en llegar a las tiendas (dos meses) se entendía como un intento de los chinos de dar tiempo a una eventual resolución de la guerra comercial. No ha sido así y han decidido ponerlo en el mercado sin tienda de aplicaciones de Google, sin WhatsApp, sin Maps, sin Facebook, sin Instagram... Y sin rebaja: su precio parte de 1.099 euros. Confían en que su tecnología (pantalla con bordes táctiles que sustituyen a los botones físicos, cámara de 40 megapíxeles con zum digital de 30 aumentos, batería de 4.500 mAh con carga rápida de 40 W) haga olvidar lo que no tiene. A fin de cuentas, un iPhone tampoco viene con Google o Facebook preinstalados, aunque luego se puedan descargar. ¿Saldrá bien el experimento?