2020, el año del diésel

Gerardo Pérez PRESIDENTE DE FACONAUTO (PATRONAL DE LOS CONCESIONARIOS OFICIALES DE LAS MARCAS AUTOMOVILÍSTICAS)

OPINIÓN

10 nov 2019 . Actualizado a las 19:52 h.

Desde hace justo doce meses, la pregunta que más nos hacen los clientes que se acercan a nuestros concesionarios es «¿qué coche me compro?». Estas cuatro palabras encierran parte de los problemas que viene arrastrando la automoción en nuestro país y explican, también en parte, la caída en las matriculaciones del último año. Estas cuatro palabras resumen la incertidumbre que siente el comprador de coches, provocada por la indefinición política, la falta de plazos y la falta de un plan que diga cómo va a hacer nuestro país la transición hacia una movilidad sostenible. En definitiva, el cliente no siente que haya la suficiente certeza y estabilidad para lanzarse a comprar, y muchos de ellos están retrasando su decisión.

¿Qué coche me compro? Quienes mejor pueden responder a esta pregunta son los profesionales que trabajan en los concesionarios, pero desde esta tribuna intentaré dar alguna clave. En primer lugar, hay que insistir en el hecho de que los compradores pueden optar por cualquiera de las tecnologías disponibles y que pueden hacerlo sin ningún miedo. Todos los coches que se comercializan están perfectamente homologados, cumplen con los objetivos de emisiones y pueden circular libremente por las carreteras y calles de nuestro país. Y digo «libremente» porque desplazarse sin trabas es uno de nuestros derechos democráticos.

Todas las tecnologías incluyen también al diésel. La mayor incertidumbre que se ha cernido sobre nuestra movilidad gira alrededor del diésel porque se han generado información, declaraciones y titulares que han confundido al comprador. Contra esto hay que volver a decir que el diésel de última generación no está en entredicho porque es igual de eficiente que un motor de gasolina e incluso que algunos motores híbridos. Lo que hay que poner en entredicho son los vehículos diésel de más de diez años, que son los que están entorpeciendo la mejorara de la calidad del aire de nuestras ciudades.

De hecho, los nuevos modelos diésel han desarrollado una tecnología que ha hecho posible que sean uno de los carburantes actualmente menos contaminantes.

Con respecto al dióxido de carbono (CO2), gas responsable del efecto invernadero, los motores diésel emiten hoy un 20 % menos de lo que emiten los de gasolina, por ejemplo. En esta línea, los actuales vehículos diésel emiten un 84 % menos de óxido de nitrógeno (NOx) que los que se vendían en el año 2000 y un 96 % menos de partículas que los del año 1999, lo cual es especialmente relevante en las grandes ciudades, que es donde hay la mayor concentración de tráfico.

Por lo tanto, no debemos olvidarnos del diésel… y tampoco podemos. El año que viene vamos a ver un resurgir del diésel, porque su participación en el mercado será esencial para que los fabricantes puedan cumplir con los objetivos de emisiones de CO2 que la Unión Europea ha impuesto al sector so pena de fuertes multas. Nosotros hemos calculado que el diésel debería volver a representar un 50 % del mercado (ahora está en el 30 %), si es que el sector quiere llegar al objetivo de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido de media en todas sus matriculaciones (ahora estamos en 117). Esto quiere decir que 2020 será un buen año para comprar un diésel porque las ofertas comerciales serán más agresivas.