Llora por ti Argentina

Luis Grandal
Luis Grandal EN LÍNEA

OPINIÓN

AGUSTIN MARCARIAN | Reuters

09 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando, allá por los últimos años setenta del siglo pasado, Andrew Lloyd Webber y Tim Rice musicaron y pusieron letra a la ópera Evita, una canción destacó sobre todas las demás: Don´t cry for me, Argentina (No llores por mí, Argentina). España fue el primer país no anglosajón donde se estrenó, en 1980, y el papel de Evita lo interpretaba Paloma San Basilio. Personalmente me quedo con la versión del preestreno cantada por Julie Covington. A lo mejor si Lloyd Webber y Rice hicieran ahora la ópera, el título de esa canción podría ser algo así como llora por ti Argentina, a tenor de los resultados de las últimas elecciones celebradas en ese país

Los comicios han deparado unos datos que en lugar de arrojar luz han proyectado más sombras. A los políticos argentinos no les va a quedar más remedio que hilar muy fino y hacer auténtico funambulismo si quieren sacar al país del marasmo. Para empezar, no hay ningún partido ganador porque, sencillamente, todos los que se han presentado lo han hecho en bloque.

No podemos hablar de bipartidismo sino de coaliciones. Los que ganaron, el denominado Frente de Todos, son una amalgama de 19 partidos entre los cuales hay peronistas (los que más), socialistas, comunistas maoístas o el sindicato mayoritario argentino CGT. Este popurrí obtuvo el 48 % de los votos. Y de sus filas saldrá el presidente de la nación, Alberto Fernández, con el permiso de su vicepresidenta, Cristina Kirchner -encausada en múltiples procesos por corrupción- y de su delfín, Axel Kicillof, un izquierdista radical, ex ministro de Economía y en parte culpable, por sus políticas revenidas, del empobrecimiento del país.

La oposición está liderada por Juntos por el Cambio, un cajón de sastre de nueve partidos, con Mauricio Macri como cabeza de lista. Pero Macri tendrá que hacer equilibrios, como Alberto Fernández, tanto en su partido como con el resto de la coalición para mantener prietas las filas. Esta coalición obtuvo el 40,5 % de votos. El resto de elegidos, para el Congreso y para el Senado, pertenecen también a coaliciones de 7, 6, 5 y 3 partidos, respectivamente. Si echamos las cuentas, en las cámaras habrá un total de 49 partidos representados. Bien es cierto que los dos primeros tienen el 88,5 %. Pero la coalición ganadora solo controla mayoritariamente el Senado porque en el Congreso no tiene la mayoría para gobernar y, por tanto, tendrá que consensuar para sacar adelante las leyes.

El nuevo gobierno tendrá que lidiar con la corrupción perenne, un altísimo índice de pobreza, un cepo bancario que solo permite cambiar 200 dólares al mes, una preocupante deuda exterior y una caja casi vacía porque de los 22.000 millones de dólares que les prestó el FMI ya solo le quedan unos 10.000 millones para gastar. Es una herencia muy pesada la que dejan Macri y antes Cristina Kirchner. En Buenos Aires circula un ruxe, ruxe que apunta a que desde agosto hay colas en una embajada europea para pedir visados. Tengo la impresión que es la de España.