El tambor de Hugo Molina

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

OPINIÓN

24 sep 2019 . Actualizado a las 16:26 h.

En una semana he visto a Hugo Molina, con solo dos añitos, tocar prodigiosamente el tambor en Got Talent, en otro plató de Telecinco y en un vídeo viral de la Semana Santa de Almería. Hugo es un fuera de serie, un crío con un sentido del ritmo superlativo que deja a cualquier persona con la boca abierta. Por eso el pasado lunes los espectadores votaron sin dudar el pase de oro para Hugo, entregados como hemos estado todos al talento de un bebé que nada más salir al escenario fue capaz de decir en el colo de su padre: «Hola, Risto». Un portento. Pero ha sido en ese preciso instante, cuando la mayoría se volvía loca con el desparpajo riquiño de Hugo, cuando a mí me ha empezado a dar grimilla esa sobreactuación. Lo digo con toda la delicadeza por tratarse de un renacuajo encantador que solo merece aplausos y mi admiración, pero de siempre me han repelido esos shows en los que los niños se vuelven resabiados y el centro de atención. Siendo justos con Got Talent hay que decir que no es de los espacios que más se ha prodigado en la caza y pesca de los menores, aunque ya empieza a olisquear que ahí tiene un filón. Lo sabe bien Telecinco que ha paseado a Hugo -de la mano de sus padres- por sus magacines, en los que el pequeñajo ha repetido actuación con su tambor como en cualquier feria. Hugo tiene solo dos años. Ese sí es suficiente prodigio.