Reality bites

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

19 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La confusión se mezcla con la pólvora en aquel sótano sin ventanas en la que arrancó la leyenda. Muchos años después, sería oficial. Habían matado a los últimos zares. Por mucho que insistiese aquella mujer, tampoco pudo escapar la pequeña.

Murieron todos los que aquella noche se asomaron al puente. Y aunque los que mandaban intentaron como fuese ocultar la incompetencia, aun hoy está definida la zona de exclusión. Esa foto de la noria que jamás ha rodado se ha convertido en un símbolo. Chernóbil es sinónimo de tragedia.

Lleva tantos años así que no sabe si fue antes Inglaterra o fue ella. Hubo una princesa (del pueblo) que a punto estuvo de arrebatarle la realeza. Siempre correcta, el escándalo la ha perseguido, sin tocarla, durante décadas. Olivia Colman sustituye a Claire Foy. La corona, cómo pesa.

Aun sabiéndolo, hay algo humano detrás de esas gafas de pasta que contienen a la bestia. Ed Kemper, sentado al otro lado de la mesa, hasta se permite hacer chistes sobre su propia indecencia. En el fondo, nos atrapan las mentes más enfermas.

Es oficial. La ficción triunfa cuando hay un poco de realidad en ella. Si el asesina ha existido, si es un rey de verdad el que defenestran. La vida a través de la pantalla es lo que realmente atrae a la audiencia. Las series se ha convertido en reality bites. Que es lo que nos interesa.