Siempre quedarán los indepes

OPINIÓN

EFE | BALLESTEROS

10 jun 2019 . Actualizado a las 18:10 h.

Si el aviso de José Luis Ábalos («la alternativa a una investidura viable es una repetición de elecciones») se dirigió al PP y a Ciudadanos, no tengamos muchas dudas: habrá repetición de elecciones. Por parte del PP, su candidata a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tuvo la debilidad de decirle a Carlos Alsina que sería muy positiva la abstención de su partido. Y Teodoro García Egea saltó como una fiera a desautorizarla: «No solo no nos vamos a abstener, sino que vamos a dificultar la investidura». En Ciudadanos, todos los portavoces que hablaron lo hicieron también en clave negativa: ni sí ni abstención; como mucho, acuerdos sobre problemas de especial gravedad, como Cataluña.

Ahí se acaba la ilusión de Pedro Sánchez de no recibir el rechazo absoluto de sus dos grandes oponentes y de poder presumir de un gran acuerdo de los constitucionalistas. Tanto si las palabras de Ábalos sobre la repetición de urnas fueron una amenaza como si fueron la expresión de una evidencia, ya sabemos cómo terminarán las reuniones de Sánchez con Rivera y Casado: con un no matizado por la voluntad compartida de diálogos puntuales sobre temas de interés general.

¿Y Podemos? En su caso también hay que acudir al discurso de Ábalos: si ese partido tuviese tantos escaños como para alcanzar la mayoría absoluta, no habría más que hablar: reparto de ministerios y punto. Pero como Podemos no garantiza esa mayoría, estamos ante un choque de Pablo Iglesias que sigue reclamando la coalición cada día con más entusiasmo y las minorías que niegan su apoyo a un Gobierno en el que esté el señor Iglesias. Es el caso de Coalición Canaria y podría haber alguno más. No acabo de ver, por ejemplo, al PNV dando el sí a un Sánchez comprometido a desarrollar las políticas de Unidas Podemos. Si lo hace, será porque se le ha pagado un precio muy alto, que el PNV nunca hace regalos sin compensación.

¿Empezamos, pues, a aceptar la idea de repetir elecciones? Este cronista nunca la descartó. Si no se llega a tal extremo, será porque a nadie le interesa. Y tengo una sospecha mayor: si ese riesgo existiese de forma visible, los independentistas acudirían en auxilio de Sánchez como presumiblemente lo hará Bildu en Navarra para tener un gobierno que continúe el programa de euskaldunización de la comunidad foral: sin que nadie negocie con Bildu, optará por la abstención. Así Sánchez les deberá una, y muy valiosa, lo dejarán contaminado con su pecaminosa colaboración y ellos podrán mantener que siguen decidiendo quién manda aquí.