Sánchez amenaza con repetir las elecciones un día antes de reunirse con Casado, Rivera e Iglesias

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

efe | Emilio Naranjo

Ábalos avisa a PP, Cs y Podemos que está en juego la repetición de elecciones

10 jun 2019 . Actualizado a las 21:33 h.

 Pedro Sánchez afronta este martes un maratón de reuniones en el Congreso con los líderes de las principales fuerzas políticas: Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado. El objetivo del candidato socialista es comenzar a allanar el camino para sacar adelante su investidura, prevista para la segunda semana de julio. No lo tendrá sencillo, aunque cuenta con un arma potente con el que apunta especialmente a las cabezas de Podemos y Ciudadanos: la amenaza de una repetición electoral en un par de meses, algo que en Ferraz intuyen que perjudicaría en especial al partido morado y al naranja, lo que reforzaría el modelo del bipartidismo.

Este lunes pegó un par de disparos al aire a través de su secretario de organización, José Luis Ábalos: «Está en juego la repetición de elecciones», dijo y añadió que es la única «alternativa a una investidura viable». Y advirtió: «Los españoles «no perdonarán a quien ponga en solfa la viabilidad de la legislatura».

Por su parte, Iglesias y Rivera creen que Sánchez no tendrá las suficientes agallas como para poner en juego la Moncloa. El primero parece dispuesto a morir matando, y a cambio de su apoyo en la investidura exige un Gobierno de coalición con un tercio de ministros de su partido. Este lunes sugirió en el plató de TVE que las carteras de Hacienda y Trabajo serán innegociables, aunque también peleará por ocupar con su gente otros ministerios vinculados «con la aplicación de derechos sociales», dijo. Y por supuesto, nada de vetos sobre la gente que él designe; como si quiere recuperar a Monedero para ministro del Interior. 

Ni una silla para Podemos

Sánchez se niega a conceder una sola silla a Iglesias en el Consejo de Ministros y para tener su apoyo propone un acuerdo programático y dedicarse a surcar en minoría los convulsos mares de la legislatura gobernando con lo que los politólogos llaman geometría variable; es decir, para esta ley, con los votos de Podemos y de ERC, y para la siguiente llego a un acuerdo al que jamás podrán negarse PP y Cs. Todo por el centro.

Mientras, Rivera, que afronta esta legislatura con el objetivo de liderar la oposición pese a tener menos escaños que los populares, no puede permitirse una abstención que acabe decidiendo la investidura. En especial cuando en campaña repitió hasta la saciedad que jamás pactaría con Sánchez.

El triunfo del PSOE en las generales fue indiscutible, por lo que en Ferraz se sienten legitimados para gobernar casi a su antojo. «El PSOE o el PSOE», dijo el presidente en su comparecencia del jueves. Pero lo que tuvo de holgado fue más bien por el hundimiento de sus adversarios que por los 123 diputados que sacó, casi igual que Rajoy en la legislatura fallida. Las cuentas no salen.

Además de para ganar las elecciones, la estratégica apuesta de Sánchez por conquistar el centro político le ha servido para disponer de múltiples y variopintos caminos. Incluso se atrevieron a explorar una abstención del PP que ya se encargó de desbaratar su secretario general, Teodoro García Egea: «Cierro la puerta a cualquier posibilidad. El PP no solo no va a facilitar la investidura, sino que vamos a dificultarla», dijo, despejando las dudas sembradas unas horas antes por su candidata a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el PP de Asturias.