David Navas y Keylor de Gea

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

06 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no saben ni cómo se llaman: ¿David Navas y Keylor de Gea o es al revés? ¿Quién es del Madrid y quién del Manchester? ¿Yo voy de blanco y tú de rojo o es al contrario? Menos mal que los porteros visten sus propias camisetas y no lucen los colores del equipo. Menos mal que estamos en unos tiempos en los que el escudo importa un pito (léase Sergio Ramos) y solo interesa la pasta. Así de astilladas tienen que estar las cabezas de los metas por el estrés. Y por un intercambio de carne humana a precio de dinares de oro que acabó como un mal guion de Pedro Lazaga. Los dos porteros estarán ahora mismo convencidos de que son delanteros. Los expertos repiten siempre que el apetito es fundamental para rendir en el trabajo y en la vida. El ser humano es apetito. Así es que la depresión muchas veces es una terrible ausencia de apetito, de deseo, un desierto en vida. Mucho me temo que los mimos y las disculpas no llegarán en el fallido puente aéreo. Hará falta inteligencia emocional para solucionar unos flecos que, si los analizamos, son tremendos. Los dos han salido perdiendo. Y mucho. A Keylor Navas, para convencerlo de servir de cebo para el cambio con David de Gea, le llegaron a doblar el sueldo. Sí, leen bien. De dos a cuatro millones de euros. Está en su derecho de pedirle ya a Florentino que le pague esos dos millones de euros que dejará de ganar. De Gea tuvo que rebelarse. Que quedarse en la grada. Que hacer daño a la afición del United para conseguir el billete hacia Madrid. Para nada. Ahora deberá intentar todo lo contrario. Cierto es que es mejor meta que el gato Romero y que Van Gaal tendrá que recurrir a él si no quiere ser un suicida. El talento de los dos, de Keylor y de David, es lo único que hará que sean recuperables. Qué gran partido como se crucen en la Champions.