Rajoy, a lo suyo

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

27 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años, el escritor Francisco Umbral montó en cólera con Mercedes Milá durante una entrevista porque no le preguntaba por lo que él quería. «Yo he venido a hablar de mi libro», dijo. Mariano Rajoy no necesitó organizar el número para limitarse a hablar de lo que le interesa. Es decir, de los indicadores económicos que apuntan una mejoría. De las otras cifras, de otros temas, o no tocaba o no le correspondía o simplemente pasó de largo. La verdad es siempre poliédrica. Pero el presidente solo quiere ver una parte de la realidad, aquella que le dé más votos. Y en año electoral, todavía más. Porque tan ciertas son las cifras con las que Rajoy pretendía avalar ayer la recuperación como esas otras que nos muestran que hay 400.000 parados más que hace tres años, que los salarios caen -mientras suben en el conjunto de los países desarrollados-, que el peso de las rentas salariales en el PIB es el más bajo de las series históricas conocidas, que España es el país en el que más ha crecido la desigualdad social y que, pese a los recortes, la deuda pública se ha incrementado un 38 % en esta legislatura. Este es el precio a pagar por las bonanzas a las que se agarra Rajoy para intentar la reelección. No es que no sean ciertas sus cifras, es que su triunfalismo es visto por muchos como sarcasmo y es recibido como una bofetada por millones de españoles que difícilmente llegan a fin de mes y siguen sin ver un rayo de sol en el horizonte. Porque la verdad oficial nunca podrá suplantar la que cada uno percibe directamente en el día a día. Por mucho que se empeñe Rajoy. Quien, en cambio, pasó de puntillas por la corrupción. El contraste con el mensaje del rey en este sentido es tan elocuente que lo dice todo.