Draghi va en serio

Xosé Carlos Arias
Xosé Carlos Arias VALOR Y PRECIO

OPINIÓN

18 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde aquel ya famoso «Haré todo lo que sea necesario...» del verano del 2012, cuando consiguió solo con palabras, sin llegar a cumplir su amenaza, evitar un probable colapso del euro, hay que reconocerle a Mario Draghi su compromiso con el objetivo de dejar atrás la crisis europea. Ante la inacción de los Gobiernos y de la Comisión -del gigantesco plan de inversiones anunciado por esta última seguimos sin tener noticia-, Draghi da en todo momento la impresión de estar al mando de su nave, a pesar de la oposición muy real que tiene en el propio BCE por parte de los consejeros relacionados con el Bundesbank.

El importante discurso que el presidente del BCE pronunció en la reunión de banqueros centrales del pasado verano demostró que es plenamente consciente de lo que nos estamos jugando: si no hay una reacción rápida y contundente que haga confluir una acción fiscal anticíclica con el estímulo monetario, nos enfrentaremos a un desagradable escenario de deflación y estancamiento a largo plazo. Curiosamente, el anterior comisario de Economía parece darle la razón en su reciente artículo de despedida (The spectre of deflation).

Una novedad tan interesante como poco comentada es que las orientaciones de las políticas de los dos grandes centrales (BCE y Reserva Federal) se están ahora mismo cruzando. Mientras el segundo retira su muy heterodoxa expansión cuantitativa (entre otras cosas, porque la reactivación la hace ya innecesaria), en los próximos meses a los europeos nos esperan grandes intentos de expandir la liquidez. Las consecuencias de ese hecho son importantes y diversas. Pero hay una que creo especialmente notable: si las condiciones monetarias impulsaron en los últimos años la sobreapreciación del euro, que tanto daño causó a nuestro sistema productivo, ahora debiera ocurrir lo contrario. Un asunto clave, pues la caída del euro podría permitir mayores ganancias de competitividad ante el resto del mundo que la controvertida devaluación interna de los últimos años.