El falso oasis del ministro De Guindos

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

03 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La gran especialidad de este Gobierno es buscar culpables a los que responsabilizar de los problemas que es incapaz de solucionar. El que más usó fue el de la herencia recibida de Zapatero. Pero tres años contando la misma historia acaba cansando al público y ahora el ministro De Guindos ha encontrado otro responsable: la Unión Europea. Según el, la economía española va sobre ruedas y por lo tanto cualquier problema no tendrá origen interno sino que será responsabilidad de la UE. El entusiasmo del ministro le ha llevado a decir que ya hemos resuelto todos nuestros desequilibrios y somos un ejemplo de economía saneada. Nada más lejos de la realidad.

España es el país con el mayor problema de desempleo de todo el mundo desarrollado, una situación insoportable para los seis millones de personas que lo sufren -y sus familias- pero también un enorme desequilibrio económico, porque estamos dejando de utilizar el 25 % del principal factor de producción de un país: su población activa, su fuerza de trabajo. Ahora bien, el desempleo masivo y de larga duración es nuestro peor desequilibrio, pero no el único.

España es también el país con la mayor deuda externa del mundo según el FMI: debemos a acreedores exteriores 1,4 billones de dólares que equivalen al 103 % de nuestro PIB, lo que nos convierte en los más endeudados en términos relativos y los segundos en cifras absolutas, solo superados por EE. UU. una economía muchísimo más grande que la nuestra.

Un endeudamiento exterior que se deriva en gran parte del gravísimo desequilibrio de la balanza comercial española, que llegó a sufrir un déficit entre exportaciones e importaciones del 10 % del PIB, el peor entre todos los países de la OCDE. Es cierto que la crisis ha cerrado este agujero pero también que no ha corregido los problemas de fondo que estaban en su origen. Ha bastado una débil recuperación de la demanda interna para que otra vez se reproduzca este desequilibrio: a mitad de 2014 el déficit de la balanza comercial ya supera los 15.000 millones de euros.

Pero hay más. España está entre los países con una mayor deuda pública, un desequilibrio reciente pero de enorme intensidad en su crecimiento. Desde que De Guindos es ministro, el conjunto de las administraciones públicas aumentaron en 270.000 millones de euros su endeudamiento hasta llegar prácticamente al 100 % de nuestro PIB, con una carga de intereses creciente que lastran los presupuestos.

Si a estas variables macroeconómicas le añadimos que España es, según la OCDE, el país donde más han crecido las desigualdades sociales y que solo Rumanía y Grecia nos superan en riesgo de pobreza y exclusión social de las personas con empleo, es fácil concluir que nuestro país no es ese oasis feliz del que habla el ministro. Al contrario, seguimos teniendo enormes problemas y desequilibrios propios que son los que están, ahora y antes, detrás de nuestro retraso económico y social frente a los países centrales de la Unión Europea.