Momento Renzi en la UE

Xosé Carlos Arias
Xosé Carlos Arias VALOR Y PRECIO

OPINIÓN

01 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Este podría ser, al fin, el momento. El histórico y continuado error en la definición de la política macroeconómica europea de los últimos años -hoy reconocido ya por casi todos los observadores e incluso por algunos de sus protagonistas- tal vez comience a cambiar en las próximas semanas. Esta afirmación puede parecer ingenua, si se tienen en cuenta los precedentes. Sobre todo aquel momento del 2012 en el que, recién elegido François Hollande, Mario Monti y Mariano Rajoy vieron la oportunidad de formar una alianza con el nuevo presidente francés, para presionar a Merkel a favor de una nueva política para afrontar la enfermedad europea. Como se sabe, la decepción no pudo ser mayor: Alemania se negó en redondo a aceptar las demandas del atribulado trío del sur (la relajación del austericidio y la emisión de eurobonos), y nada más se supo.

El asunto de los eurobonos parece olvidado en todas las agendas, pero una reorientación del Pacto de Estabilidad, en el sentido de suavizar las reglas fiscales con el fin de introducir estímulos reales al crecimiento, es demandado hoy con más fuerza que nunca en muchas capitales europeas. Piénsese, por ejemplo, que de no producirse ningún cambio, España deberá hacer un ajuste suplementario adicional hasta el 2016 que podría llevarse por delante cualquier atisbo de brote verde.

¿Por qué parece que ahora sí puede ir en serio ese cambio de rumbo? Pues porque por primera vez en varios años se da la coyuntura política adecuada para ello, en tres líneas diferentes.

Primero, los resultados de las elecciones europeas han hecho ver de pronto a muchos de los que hasta ahora lo negaban que las consecuencias de la política inmoderada de recortes trae consigo amenazas muy reales, como el aumento del antieuropeísmo y el extremismo de derecha.

En segundo lugar, porque los órganos de la Unión están en trance de cambiar su composición, con lo que por fin veremos decir adiós a dirigentes tan inanes como Durão Barroso y Olli Rehn.

Y tercero y principal: porque durante el semestre que hoy empieza, a la cabeza del Consejo figurará el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en el que se da una triple circunstancia: su ánimo reformista parece contrastado; su país necesita casi más que ningún otro un cambio en las reglas europeas, que le permita lanzar una política de crecimiento; y es prácticamente el único gobernante de primera línea que ha salido reforzado en las recientes elecciones europeas, lo que obviamente le concede mayores márgenes de actuación

¿Exceso de optimismo? Pudiera ser, pero si no es ahora, ¿cuándo?