Ramsés II fue el tercer faraón de la dinastía XIX de Egipto, quien gobernó unos 66 años, desde 1279 a 1213 antes de Cristo. Por otra parte, Manuel Fraga Iribarne presidió la Xunta de Galicia durante 15 años, exactamente desde 1990 hasta el 2005. Ambos mandamases se caracterizaron por su afán de perpetuarse en la historia por la elaboración de obras mastodónticas.
El egipcio, entre otras, mandó construir los templos de Nubia, entre los cuales los más célebres son los de Abu Simbel, dedicados a Ra, Ptah, Amón, e incluso al propio Ramsés como divinidad. El de Vilalba, más austero él y con mano de obra más cara, ordenó edificar una Ciudad de la Cultura que cuadruplicó el plazo de ejecución y triplicó el presupuesto tope. Cosas de gente con la autoestima excesivamente alta.
Por fin, dos años después del fallecimiento de don Manuel, el Patronato de la Fundación Cidade da Cultura avaló el plan del presidente Feijoo para cancelar las obras pendientes de realizar en el complejo, y de esa forma que Galicia se ahorre más de 150 millones de euros. No están los tiempos para derroches tales. Por cierto, los diputados del PSdeG debieran empezar a pensar en dar explicaciones al porqué de su abstención en el Parlamento a la hora de votar para paralizar tan kafkiano delirio.