Mientras el conflicto de Crimea se va consolidando en las posiciones del Este y del Oeste europeos, y sus respectivos apoyos, como en la guerra fría, podemos contemplar las distintas formas de actuar. Primero, los rusos y los intermediarios armados que han ocupado Crimea, bloqueando bases militares y los principales aeropuertos, con grupos de individuos armados fuertemente, sin insignias ni distintivos, que se declaran partidarios de los rusos. Han llegado al extremo de expulsar a los representantes de la ONU. Segundo, los norteamericanos, empeñados en resolver el conflicto ruso-ucraniano por medio del diálogo diplomático. Así, el secretario de Estado Kerry se ha reunido en París con los representantes británico, francés y alemán para convencer al ruso Lavrov de que hay que preparar una conferencia de paz (otra), a la que el ruso da largas hasta que hable con Putin. Mientras tanto, los norteamericanos están reforzando a los países vecinos de Rusia, los bálticos y Polonia, que no tienen suficientes fuerzas aéreas, y les han enviado aviones F-15. Finalmente, la UE ha ofrecido al nuevo Gobierno provisional de Ucrania 15.000 millones de euros para resolver el fuerte déficit que tiene para empezar a superar la situación de desgobierno en que se encuentra. Vemos así cómo cada parte emplea sus medios en este complicado conflicto europeo que es el reto de Putin.