Mandela no estaba

Ventura Pérez Mariño PUNTO DE ENCUENTRO

OPINIÓN

24 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

U no de los personajes mas sobresalientes de la historia reciente y en concreto creo que el más relevante en la lucha por la paz fue el sudafricano Nelson Mandela. Un personaje excepcional al que 27 años de cárcel en una celda de 3x2 no le supusieron perder su fortaleza moral, bien al contrario, su reflexión lo llevó a tender la mano a aquellos con los que estaba más enfrentado. Era consciente de que la paz se logra y se afirma desde la paz y el perdón. Fue y sigue siendo impresionante ver a Mandela en la rueda de prensa que se celebro nada más salir de la cárcel, describir a De Klerk, partidario toda su vida del apartheid y presidente de Sudáfrica, como un hombre íntegro. Dentro del proceso que sigue la disolución de ETA, la denominada comisión internacional de verificación celebró un acto en el País Vasco para poner de manifiesto que la organización terrorista ponía fuera de uso diverso material armamentístico. La respuesta no se hizo esperar y partidos, políticos, asociaciones de víctimas, todos con la excepción de los nacionalistas, se dispararon contra la comisión de verificación y contra ETA. Incluso una asociación de víctimas anunció una denuncia contra los verificadores. Nadie quería saber nada del proceso de paz, de sus dificultades y de la necesidad muchas veces de intermediarios. Desde luego Mandela no estaba en el País Vasco. De estar, Mandela habría saludado sonriente ante el hecho sin precedentes (ya pasan de 40 años) de estar saliendo del túnel violento y terrorista. Estaría pintando la casa para saludar a los que llegan, estaría pensando en que hay que perdonar si se quiere trabajar por la paz y la convivencia. Pero hay pocos Mandelas. Hay sin embargo muchos partidos de derechas y de izquierdas, muchos políticos, a los que lo único que se les ocurre decir es que esa comisión internacional no debe de entrometerse en cuestiones españolas y que en cualquier caso no tienen ningún mérito pues este nos lo quedamos nosotros. Hoy debía de ser un día de alegría porque se encendió otra luz en el túnel. Pero parece que algunos no les sienta bien el que ETA se termine sin ser ellos los que echen el cerrojo a 40 años de desastre y vilezas. Cuando alguno de nuestros representante políticos comentaba ante los medios de comunicación la noticia, tenía más cara de funeral, como si le hubiesen sacado una muela, que la que hubiera sido lógica de satisfacción. Yo desde aquí me permito agradecer a la comisión internacional su ayuda para terminar con la hidra. Ojalá tengan éxito, pues este será de todos.