La trama Pokémon aterrizó en A Coruña. ¿Por qué no iba a ser así si la investigación busca posibles tratos de favor a las empresas vinculadas al grupo Vendex, y esta entidad mercantil factura cerca de seis millones al Ayuntamiento de la ciudad? La jueza De Lara, sempiterna instructora de estos hechos, va lenta, pero tampoco demasiado segura. Imputación tras imputación va desprestigiando para toda la vida a una serie de personas a quienes más tarde necesariamente tendrá que exculpar. Pero el daño ya está hecho. ¿Y entonces quién repara el mal causado? Por supuesto que soy el primero en desear que los políticos y funcionarios sin escrúpulos paguen por sus irregularidades, pero pido cautela a la hora de inculpar, pues se puede dar a entender que no hay ningún político en Galicia que no tenga que echarse a temblar al escuchar la palabra Pokémon. No apartemos la idea de que la Justicia española es tan lenta que si te imputan en el 2010, en el 2013 sigues en la misma situación procesal, y la opinión pública siempre se quedará con la idea de que si estás imputado es porque algo has hecho, obviando el sagrado principio de la presunción de inocencia. La prudencia es la mayor virtud de un juez.