Cuando no se espera

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

14 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En estos días últimos, las carreteras gallegas han sido escenario de la trágica muerte de siete personas -¡cuatro peatones, nada menos!- en cinco accidentes de tráfico: Espasante, Lousame, A Coruña, Ponteceso y Allariz. Y no deja de ser inquietante que este modo de alternativas en la circulación de vehículos se reitere episódicamente en Galicia. Al margen de los datos de la investigación, algo resultará incuestionable. Y es que la causa eficiente de los hechos se individualizará en rotundas desobediencias a la legislación de Tráfico, infracciones que carecen de ánimo de dañar a personas, pero que forman parte de un cierto hábito en modos de conducción que marginan la seguridad de la circulación, como si las normas tuviesen valor meramente representativo. Tanta autosuficiencia lleva a una errónea valoración de las propias posibilidades. Es entonces cuando los peligros toman cuerpo y hasta ocurre que la víctima paga con su vida errores ajenos.