Bajando los salarios no saldremos de la crisis

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

04 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Gobierno del PP lo ignora, pero en la economía capitalista los salarios cumplen una triple función de forma simultánea. Son un coste de producción muy importante para las empresas, son la principal fuente de renta de la mayoría de las personas y son la componente fundamental de la demanda y por lo tanto del crecimiento económico. El fundamentalismo neoliberal del Gobierno lo lleva a concentrarse en la primera y se olvida de las otras dos. Y así nos va.

La estrategia de la devaluación salarial que impulsa la reforma laboral del 2012 está efectivamente reduciendo los costes laborales de las empresas porque baja el salario y sube, y mucho, la productividad. El resultado es una reducción del peso de los gastos de personal en las cuentas de resultados de las empresas. Y hasta el presidente Rajoy presume estos días en Japón de que gracias a su política los salarios de los trabajadores españoles están bajando. Su argumento es que eso mejora la competitividad de la economía española y que al final todos saldremos ganando.

Pero no es verdad. Todo lo contrario, porque es precisamente la reducción salarial la que nos ha empujado un poco más hasta hundirnos en el pozo de la recesión. El 82 % de las personas que trabajan en España lo hacen como trabajadores por cuenta ajena, de forma que el salario y sus variaciones determinan el nivel de renta de la inmensa mayoría de las familias. Pero es que el consumo de los hogares aporta el 60 % de la demanda interna y, por lo tanto, es el factor fundamental en el crecimiento, o en la caída, de la actividad económica.

Y esto explica el círculo infernal, el bucle recesivo en el que nos han metido: reducir los salarios hace caer el consumo de las familias, lo que provoca una caída de la demanda y por lo tanto del PIB, que provoca cierres de empresas y más paro, que a su vez vuelve a reducir la capacidad de gasto de las familias y así? hasta donde estamos hoy.

Esta es una lógica perversa que afecta a cualquier economía pero especialmente a aquellas como la nuestra en la que la inmensa mayoría de la actividad, de las empresas y del empleo, atienden a la demanda del mercado interior. Dicho con claridad: no habrá recuperación económica solvente en España mientras no se cambie de forma radical la evolución de los salarios. Más pronto que tarde hay que acabar con una devaluación salarial, aquí y en toda la Unión Europea, que nos empobrece a todos, empresas incluidas, porque pierden mucho más con la caída de sus ventas que lo que ganan con los menores costes laborales.

Un crecimiento moderado de los salarios reales es una condición necesaria para volver a un crecimiento económico sostenido, que solo se puede basar, en el medio y largo plazo, en una sólida demanda interna.

Mientras no se haga, no saldremos de la crisis.