Hablemos, pues, de la marca España

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

08 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Anda preocupado algún ministro porque cree que la imputación de una infanta perjudicaría a la marca España. Imagino que el ministro se puso hiperbólico, como Max Estrella en el callejón del Gato, donde la realidad no era la misma. Quizá ignore que la marca España se ve más perjudicada por seis millones de parados. Por mantener en la gobernanza a la ministra Mato, que no preguntaba de dónde salía el Jaguar que un día apareció en su garaje. Por convertir la política en el juego del «y tú más», en lugar de solventar la situación de miles de familias pobres que sufren necesidad y desolación. Por tener algún sindicalista que amontonaba dinero, defraudado al erario, o por un presidente autonómico incapaz de afrontar las consecuencias políticas de mil millones de euros destinados a fines ilícitos. Por el vejatorio acoso que padecen diputados, elegidos democráticamente, en las calles o en sus casas. Por ancianos desahuciados. Por las cuentas y los cuentos en Suiza. La marca España se perjudica por el malgasto acometido durante décadas, por la corrupción que envuelve la política, por la Justicia incapaz de agilizarse e independizarse. Y podría seguir argumentando motivos que deterioran nuestra marca en el exterior más que la imputación de una infanta. Entre ellos, el elefante cazado en Botsuana por el rey o la inmoralidad de su yerno. ¿Me entiende usted, ministro?