24 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.
Las temporadas ya no son verano e invierno. Cuando alguien habla de temporadas es muy habitual que se esté refiriendo a temporadas de las series. La segunda temporada de The Killing o la cuarta de The Wire. Todo el mundo tiene su serie favorita. O tal vez habría que decir más bien sus series, en plural, favoritas. El salto en calidad que han dado las series es tremendo. Siempre tuvieron presencia en el ocio. Pero ahora circulan de unos a otros, con todo tipo de recomendaciones. Para algunos,
The Wire
es lo máximo. Para otros, Los Soprano es una catedral. Los hay que lo tienen claro: que les den las dos temporadas de The Killing, esa serie que viene de una historia danesa y que cuenta el crimen de una cría en Seattle. La memoria se nos va a aquella fundacional ¿Quién mató a Laura Palmer? con la que David Lynch nos tuvo delante del televisor hasta que nos perdió en un bosque onírico en el que casi no faltaban ni los siete enanitos. Los que gustan del estilo en clave mucho más dura de El señor de los anillos tienen Juego de tronos. Y los que quieren acción tienen la más premiada este último año: las dos temporadas de Homeland. Hay para todos. Y no falla: cada capítulo termina con habilidad pidiendo a gritos el siguiente.