Obama y el abismo fiscal

Xosé Carlos Arias
Xosé Carlos Arias VALOR Y PRECIO

OPINIÓN

08 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

No por ser más o menos esperada, la reelección de Barack Obama deja de ser un hecho trascendente para la economía mundial. Su importancia procede, sobre todo, de que una incógnita importante queda despejada: la política económica de la Administración demócrata es conocida y, por tanto, previsible para el futuro inmediato. Además, hay que reconocerle a Obama que su política, a diferencia de las practicadas en Europa, ha conseguido frenar y revertir en parte las tendencias catastróficas de la economía norteamericana al comienzo de su mandato. Frente a ello, estaba la notable incertidumbre que habría proporcionado una presidencia de Romney, el cual, en pocos meses, ha dado visiones muy distintas, e incluso contradictorias, de sus prioridades económicas. Eso sí, enfatizando siempre el mensaje tradicional de la derecha de aquel país: bajar impuestos, caiga quien caiga.

No es extraño, por tanto, que los mercados financieros hayan respondido con aplauso al resultado electoral. Sin embargo, leídos en su conjunto, esos resultados introducen también un factor de preocupación. Y es que, si bien los demócratas han retenido su mayoría en el Senado, los republicanos consolidan la suya en la Cámara de Representantes, lo que podría traer consecuencias nefastas en el medio plazo.

Recordemos que hace poco más de un año, Estados Unidos estuvo a punto de suspender pagos -escenario horripilante- debido a la gran dificultad de que los poderes ejecutivo y legislativo llegaran a un acuerdo sobre el presupuesto (debido sobre todo a la intransigencia de la alegre muchachada del Tea Party). Un arreglo de última hora permitió seguir adelante, con la condición de que si no hay un acuerdo general antes del 2013, para entonces deberá producirse automáticamente un ajuste brutal -de unos 600.000 millones de dólares- en gasto público y aumento de impuestos. Es lo que se viene llamando «abismo fiscal». No hay duda de que, si tal cosa se consumara, las probabilidades de una recesión global se multiplicarían.

Quizá haya un nuevo clima político en Estados Unidos a partir de ahora: la desaparición de algunas figuras del Tea Party tal vez lo hagan posible. Ojalá sea así, porque una polarización completa en torno a las orientaciones del presupuesto federal conforma una bomba de tiempo, y no solo para los ciudadanos norteamericanos.