Germanófilos otra vez

| JUAN CARLOS MARTÍNEZ |

OPINIÓN

11 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

SE CELEBRAN a la vez dos cumbres hispano-alemanas, las dos en terreno casi neutral. La primera en el tiempo ocurre en Mallorca, donde corre la pilsen más que el rioja, y es de género futbolístico. La segunda tiene lugar en Lanzarote, donde se sirven más frankfurters que paellas, y es de género político. ¿Coincidencia? En este mundo en el que hasta los edificios son inteligentes ya nada es coincidencia. El Gobierno, escamado con tanto enano que se pone a crecer y a exhibir camiseta, ha debido organizar el encuentro de Mallorca para pulsar el ánimo del público y sacar enseñanzas que eviten vertidos sobre la cumbre geoestratégica. En vista de los resultados alcanzados en Baleares, Aznar tendrá que exhibir en Lanzarote su rostro más amable y buscar, al menos de cara a la afición, puentes de encuentro con la postura menos belicista de Schröder. No vaya a ser que, como en Mallorca, hasta los niños se vuelvan germanófilos y vayan contra el equipo de casa al grito de ¡Dooooich-land! ¡Dooooich-land! ...