GOYAS SÍ, GOYAS NO

CÉSAR CASAL GONZÁLEZ

OPINIÓN

Se armó. La gran fiesta del cine español terminó en lío. Unos dicen que fue un éxito; otros que una piltrafa. Lo cierto es que, un año más, aburrió.

03 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La gala: un bostezo Vaya por delante que el chico tiene mucho talento. Pero leo unas declaraciones suyas y me espanto. Dice que prefiere el Goya al Oscar. Venga ya. No se lo cree ni su madre. Siempre me fastidiaron estas afirmaciones, como el pintor que dice que le molesta que lo comparen con Picasso cuando nadie lo hace. Si a León le dan el Oscar, se corta la coleta, se afeita la barba y va a recogerlo de rodillas. Los lemas: prefabricados La gala no tiene ritmo. Vamos de modernos y aburrimos al personal. Suben a recoger los premios unos dieciséis. Se saludan todos, dos minutos de besos y abrazos. Después hablan todos. Sólo les falta subir al escenario a un primo del premiado. Así no hay gala que coja ritmo. Sólo está bien que Paz Vega vaya siempre casi desnuda. Además no invitan a Paco Umbral a hablar de su libro. La crisis: gana la caja tonta Creía que el arte tenía algo que ver con la originalidad, que los artistas eran tipos que vendían ideas nuevas. Odio todo tipo de etiquetas, también las pegatinas. Otra forma de marcar y vender motos. Está muy bien que uno proteste contra la guerra, está muy bien que el gallego Luis Tosar se acuerde del infame chapapote, pero que todos hagan lo mismo termina por hartar. La solución: «OT» o «GH» El cine español es más bien malo. También lo es el cine americano. Dicen que el de aquí está en crisis. Cuidado, el bajón tuvo mucho que ver con que el año anterior triunfaron a lo bestia Los otros y el bodrio de Torrente 2 . La gran pantalla en general ha bajado. La culpa es de su falta de ideas y de que el público está enganchado de forma patética a la tele ( GH, OT y debates sobre famosillos). El ganador: falsa modestia Ésa es la receta: sumarse al disparate. Si no te hacen caso, únete a ellos. El cine español necesita marketing televisivo. ¿Se imaginan el juego que darían Javier Bardem, Mercedes Sampietro, Luis Tosar, Geraldine Chaplin y Almodóvar (él sólo va a los Goya cuando gana, lo suyo es la Champions de los Oscar o la Intercontinental de los Globos de Oro), encerrados en una casa o cantando?