AL TURISTA, UNA SONRISA

La Voz

OPINIÓN

AL DÍA / Manuel Alcántara

01 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Los pilotos del Sepla y de Iberia, al romper las negociaciones, pueden romper de paso lo que se ha dado en llamar nuestra primera industria, el turismo, o sea, el sutil arte de lograr que vengan a vernos. Por el sol o por el museo del Prado, por los monumentos o por ese infinito edificio desmoronado que es la arena de la playa. El caso es que gustamos mucho. Somos encantadores y además tenemos más hoteles que fábricas. Se lo podemos poner difícil a los visitantes, tanto a los que vienen para cambiar de aires como a los que llegan para cambiar de moneda. Muchos miles de personas acaban de pasar un día horrible en nuestros aeropuertos, rodeadas de basura por todas partes, menos por una, que daba a los retretes, que permanecían cerrados. Quienes estaban allí, tirados por los suelos, van a pensarlo mucho antes de volver. La cancelación de vuelos les llevará a cancelar también algunas páginas de la Guía Michelín. La «ecotasa» es más llevadera que la «ecomierda». Puede llegar un momento en el que haya más huelguistas que turistas, pero lo que urge es cambiar el eslogan ese de «Al turista, una sonrisa» y sustituirlo por «Al turista, una escoba».