BRITÁNICAMENTE AISLADA

La Voz

OPINIÓN

EL PERSONAJE MARGARET THATCHER

01 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Margaret Thatcher ha vuelto a la escena política con artillería pesada. La campaña electoral para las elecciones del día 7 le ha servido de excusa para salir del silencio y ventilar sus teorías. Todos los sondeos son coincidentes en augurar una nueva victoria a los laboristas y, quizá por ello, Margaret Thatcher ha dado rienda suelta a su furibunda eurofobia y ha vinculado la Unión con el caos. Como decía un colega sobre la Dama de Hierro «antes muerta que europea». Pero flaco favor le ha hecho la ex-primera ministra al líder de su partido, William Hague, tan euroescéptico como ella. Hace unos días, Margaret Thatcher, que hace una década salió del 10 de Downing Street, reapareció en un mitin tory en Plymouth. Allí descargó toda su furia contra la Unión Europea, a la que ve como el enemigo número uno del Reino Unido. Juzgó Thatcher como «repugnante» la posibilidad de que el país sea absorbido por Europa, porque opina que el continente debe seguir aislado. Y lo argumentó de la siguiente forma: «Todos nuestros problemas y todas nuestras guerras han venido de Europa; he podido comprobar a lo largo de mi vida que la bandera de la libertad ha venido de los países de habla inglesa». Incluso, la Dama de Hierro se permitió dar consejos a su principal aliado, Estados Unidos. Le recriminó haber hecho dejación con el inglés y permitir que el español le coma el terreno. Ayer, desde las páginas de The Daily Telegraph, Margaret Thatcher arremetió contra Tony Blair, a quien auguró una arrolladora victoria, por estar comprometido con «políticas que llevarán a la progresiva extinción del Reino Unido como nación independiente». Visto lo visto, lo que cabe recomendar a la señora Margaret Thatcher es que vuelva al anonimato, disfrute del aislamiento del continente y siga pensando que los británicos, la libra, los hooligans, el fish and chips es lo mejor de este mundo. Pero, siendo así, que también se quede con el Tireless, la fiebre aftosa y las vacas locas, tan británicas ellas.