«Por películas como esta hago lo que hago desde hace 55 años»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

Eterno secundario y memoria viva del gran Hollywood, Dern aspira al Oscar por «Nebraska», la última obra de un Alexander Payne «honesto y único», afirma

07 feb 2014 . Actualizado a las 18:46 h.

A sus 77 años, Bruce Dern ha dejado de ser por una vez un eterno secundario (de lujo, pero secundario) para convertirse en el protagonista de Nebraska y brindar una interpretación inmensa. Con su papel de Woody, un malhumorado y senil veterano de la Guerra de Corea que cree haber ganado un millón de dólares en una lotería que en realidad es una estafa, el actor ha recibido el reconocimiento en Cannes y ahora opta al Oscar, una candidatura que le llega 35 años después de El regreso.

-¿Qué lo motivó a interpretar «Nebraska»?

-Yo tuve la suerte de iniciarme en esta industria de la mano de Elia Kazan y Lee Strasberg. Cuando recibí el guion de Nebraska lo primero que pensé fue que por historias así hago lo que hago y me acordé de ellos, de sus historias. La verdad es que pocas veces me ha sido posible, en 55 años de profesión, rodar películas de este calibre. El reto fue representar lo que estaba escrito en el papel. No quería echar a perder el personaje. Me despertó la curiosidad de interpretar a alguien que habla muy poquito.

-Cuesta creer que este papel sea un reto para usted.

-Alexander [Payne] hace películas sobre la gente. El peligro está en sobreactuar, porque sus guiones son una trampa para los actores. Reconozco que en ocasiones he sido culpable de decorar mis interpretaciones para que salieran bonitas. Mi ego guiaba la interpretación porque quería que mis personajes sobrevivieran sin ser protagonistas. Cuando no eres el líder te inventas detalles para mantener el personaje vivo, a veces añades cosas que no le pertenecen y te pasas. En este caso, quería ser fiel al Woody que Alexander tenía escrito en el guion.

-¿Qué le gusta de Woody?

-Sus silencios. Él elige no hablar. Desde el principio uno entiende que esa es su decisión, porque su indiferencia no le permite darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. El reto fue mantenerme indiferente pretendiendo ser auténtico y real.

-Usted creció en el medio oeste, como el personaje.

-Sí. En Winnettka, al norte de Chicago. Teníamos que andar una hora para encontrarnos con la gente del campo. Lo que destacaría del medio oeste es la integridad y honestidad de sus habitantes. Por alguna razón son gente muy justa y esa es una cualidad que admiro por encima de todas. Si hay una cualidad destacable de mi personaje es que es un hombre justo.

-¿Cómo es Payne?

-Un director único, me faltan palabras para clasificarlo. Ha sido un privilegio trabajar a sus ordenes. Un tipo que insiste e insiste cuando quiere que un actor trabaje con él. Es cercano, natural, honesto. No me parece un hombre manufacturado por Hollywood.

-¿Qué quiere decir?

-Siempre está presente. No se esconde en otra habitación tras un monitor, no está colgado del teléfono atendiendo miles de cosas. Está con los actores, con el equipo, comparte lo que ve y trabaja sobre el guion para corregir defectos. No viene a decirte cómo tienes que actuar, porque sabe que tú puedes actuar. Yo, como cualquier intérprete, necesito dirección, la diferencia es que con este filme no he querido actuar, sino convertirme en una persona real.

-¿Cuál es la diferencia entre actuar y pretender ser una persona real?

-He tenido que absorber el personaje tanto que me he convertido en él. Cuando tienes un director que te permite tomarte tu tiempo, que te cuenta la historia, dejas de hacer una interpretación y ofrecer una versión para, realmente, meterte en tu papel.

-Está orgulloso del trabajo.

-Lo he dicho cien veces. Cuando vine a Hollywood tuve la oportunidad de trabajar con leyendas: John Wayne, Bette Davis, Robert Mitchum, actores inmensos. En Nebraska no hemos utilizado la pantalla como un cuadro, sino como un momento de la vida. Todas las escenas, en la cocina, la sala, la habitación del hotel, son honestas y reales. Alexander nos ha dado la oportunidad de conectar con los personajes de forma orgánica, por eso este filme es bueno.