Nos quedamos sin coches nuevos

La Voz

MOTOR ON

Y también nos podemos quedar sin los de ocasión si esta crisis de desabastecimiento, provocada por la falta de microchips, continúa sin solucionarse. Ahora mismo, los concesionarios gallegos acumulan cientos de pedidos de clientes que no saben cuándo les llegará su coche nuevo.

21 nov 2021 . Actualizado a las 16:41 h.

E s inaudito que nos estemos acercando al mes de diciembre y las campas y almacenes de los concesionarios no estén llenas de coches kilómetro cero o nuevos esperando los compradores de final de año. Al contrario, en muchos casos vemos cómo las exposiciones se rellenan con coches matriculados, o vehículos de demostración para que los clientes puedan conocer el producto, aunque no haya vehículos nuevos en stock para vender.

La crisis de los microchips es la última que asola este año a la industria mundial del automóvil, a la que le ha costado 200.000 millones de dólares, según algunas estimaciones.

El 80 % de los microchips provienen de fábricas de Taiwán, China y Corea del Sur y los pedidos, con la crisis añadida del transporte marítimo, pueden tardar en llegar a Europa hasta 20 semanas. Según José López-Tafall, director General de ANFAC, «un automóvil puede llegar a montar hasta 5.000 microchips en sus sistemas y su escasez ha provocado que, por ejemplo, en las fábricas españolas haya caído un 25 % la producción de coches respecto a un año normal».

Todos los fabricantes han anunciado paros y la escasez de microchips hace que incluso estén produciendo vehículos con menor equipamiento para utilizar menos chips.

Se puede decir que esta crisis es ajena a la intención de compra de los españoles que, tras salir de la pandemia, volvieron a buscar el automóvil para no tener que usar los transportes públicos. A pesar de que nos encontramos que en el mes de octubre las ventas de automóviles en España cayeron más de un 20 % respecto al año pasado, en parte es también porque los compradores cerraron operaciones, pero los coches tardarán todavía meses en matricularse.

LOS DE OCASIÓN SE ENCARECEN

¿Y qué pasa entonces con un concesionario de automóviles cuando se les acaba es stock? Pues que tienen que intentar paliar esa escasez con otros canales de negocio. Tal y como nos comentaba Miguel Ángel Galván, gerente de Antamotor, concesionario de Nissan en A Coruña: «Casi la mitad del negocio de los concesionarios en los próximos meses será vehículo de ocasión, debido a la escasez de coches nuevos, pero eso provoca que también este tipo de vehículos se haya encarecido un 7 u 8 % porque los rentistas (empresas de renting), que son los que nos proveen de vehículos por sus valores residuales, nos lo venden más caro».

Los concesionarios, al límite

Llueve sobre mojado en los concesionarios de automóviles. Tras la industria, ellos son el segundo escalón afectado, el de la distribución. Si en el 2020 no había clientes por la feroz pandemia que paralizó el país, en el 2021 llega el otro mazazo, esta vez industrial, por falta de coches.

María Caeiro, gerente del grupo que lleva su apellido y que distribuye Renault y Dacia en A Coruña, lo tiene claro: «La gente tiene ganas de comprar. Cuando nos recuperamos de la pandemia, ahora nos cae el jarro de agua fría de no tener coches. Hacemos pedidos, pero no tenemos ingresos hasta que lleguen los coches y se matriculen».

Como todos los concesionarios gallegos, en Caeiro tratan de paliar la falta de coches nuevos con usados, pero tampoco es fácil: «Empieza a haber escasez incluso de coches de segunda mano, y los precios suben en las subastas, hay que buscarlos fuera y eso está llevando a que se vendan coches muy antiguos, que son menos seguros. Y eso que en Galicia el parque ya es muy viejo».

La situación está llevando al límite a los concesionarios gallegos, que no ven el final del problema, aunque Miguel Ángel Galván, desde Antamotor, quiere ser optimista: «Lo normal sería que antes del segundo semestre del año que viene la situación se normalice, hasta el punto de que el cliente pueda pedir un coche en el concesionario y se le fabrique en un plazo razonable. Otra cosa será que volvamos a tener sobrefabricación y que los stocks que teníamos antes vuelvan a generalizarse».

Fabricantes y distribuidores están al límite, muchos puestos de trabajo en peligro y desde la Administración miran para otro lado y proponen nuevos impuestos, como el de matriculación, que en enero podría hacer subir más aún los precios.