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La ganadera y elaboradora de queso Cabrales Jessica Lopez con su rebaño de cabras en una cabaña próxima a Tielve
La ganadera y elaboradora de queso Cabrales Jessica Lopez con su rebaño de cabras en una cabaña próxima a Tielve Xuan Cueto | EUROPAPRESS

20 oct 2023 . Actualizado a las 14:02 h.

No estamos a 8 de marzo ni es el día de la madre, pero siempre hay ocasión para celebrar el papel de las mujeres en la vida de nuestras sociedades. El motivo lo da hoy el homenaje que el grupo lácteo Río de Galicia rinde a las ganaderas que dirigen y trabajan en las explotaciones lecheras gallegas, las «dueñas del campo», con una actitud que su última campaña califica de «puro coraje». Campaña que viene poco después del rotundo éxito de la película Matria, de Álvaro Gago, historia de otra mujer fuerte. Esa de quien la Biblia dice: «Una mujer fuerte, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas».

Desde que hay historia las mujeres han tirado del pueblo gallego con el yugo al hombro, como la santa desnuda de Asorey. Tanto como para que Estrabón y otros cronistas de Roma creyeran que aquí mandaban ellas, y para que Vicente Risco o Camilo José Cela hablaran de una Galicia matriarcal que desmintieron otros estudiosos más atentos y miradas minuciosas como la de Matria. Si mandaron algo fue por ausencia masculina, como la que se dio a causa de los episodios de emigración masiva o por la dedicación de los hombres al mar, del que se tardaba en volver o no se volvía, de ahí que aquellas «viúdas de mortos e de vivos» que decía Rosalía tuvieran que hacerse plenamente cargo del porvenir de sus hijos y de la economía del país.

Con o sin matriarcado, ahí tenemos a Rosalía, Pardo Bazán, Concepción Arenal, Sofía Casanova, la almiranta Isabel Barreto, María Pita, Juana de Vega, Isabel Zendal... Ahora mismo, las dos personas mejor valoradas del Gobierno son dos gallegas. Los datos dicen que estamos destinados a seguir por esa línea. En España, la población femenina alcanza el 51 % del total. En Galicia (censo del 2021), el porcentaje sube al 52,8 %. Fuertes, sí, pero de ahí a que tengan predominio aún falta. En la población activa de Galicia caen al 48 %, y en la ocupada, al 47,3. Si comparamos los hechos de nuestros prohombres con los de nuestras promujeres, estas ganan por goleada. Así que si hiciéramos caso a Estrabón y las mujeres tuviesen más mando, a todos nos iría mejor.