«Estamos ante un momento trascendental en el que el Gobierno de Puerto Rico se encamina a terminar con el proceso de quiebra y así concentrarse en lograr regresar al progreso que nuestra gente espera y merece», señaló el gobernador, Pedro Pierluisi, cuya formación política está adscrita al Partido Demócrata estadounidense. La llegada de la Junta a la isla desencadenó fuertes protestas de la población. Parte de los puertorriqueños todavía rechazan su presencia, que continuará hasta que el territorio registre cuatro años consecutivos de equilibrios fiscal en sus cuentas públicas.
Las autoridades esperan volver a los mercados en un futuro y también que la mejora de las perspectivas logre atraer inversiones. Cumplir las expectativas dependerá de si la isla es capaz de no repetir los errores del pasado, aunque los ciudadanos advierten que la corrupción sigue muy instaurada en la gestión pública de Puerto Rico.