Jes Staley, el banquero al que engulló Jeffrey Epstein

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Los vínculos del directivo con el multimillonario ya fallecido, que se suicidó en prisión en agosto del 2019 condenado por tráfico sexual de menores, lo han obligado a dejar los mandos de Barclays

14 nov 2021 . Actualizado a las 09:20 h.

Hace poco más de un año, en octubre del año pasado, ni se le pasaba por la cabeza —o al menos eso era lo que se deducía de su actitud en público— que aquel escándalo que lo sobrevolaba y con el que decía no tener nada que ver, le acabaría costando el puesto. En nada le preocupaba entonces la tenacidad de ese inversor activista empeñado en desalojarlo del sillón por sus vínculos con el hoy ya fallecido Jeffrey Epstein, quien se suicidó en prisión en agosto del 2019, condenado por tráfico sexual de menores.

Pero el tiempo le ha quitado la razón. Y James Edward (Jes) Staley (Boston, 1956) ha tenido que dejar el cargo. Ya no pilota Barclays. Renunció a su puesto de consejero delegado hace dos semanas, antes de hacerse público el informe que ha elaborado el regulador británico sobre su relación con el financiero estadounidense y cuyas conclusiones preliminares ya obran en poder del consejo de la entidad.

Esos lazos que han acabado ahogándolo comenzaron a tejerse a comienzos de los 2000, cuando Staley era quien llevaba las riendas de la banca privada de JPMorgan. Fue entonces cuando el hoy defenestrado banquero conoció a Epstein, uno de sus clientes más importantes hasta el 2013 y con quien entabló una sólida amistad que le sirvió para asfaltar su fulgurante carrera profesional con los contactos que le proporcionaba. Tan estrecha era la relación que tenían que el ex consejero delegado de Barclays llegó a visitar a Epstein en la cárcel cuando este cumplía una condena de 13 meses que se le impuso en el 2008 por prostitución de menores. Y hasta estuvo con su mujer en la isla del Caribe propiedad del magnate estadounidense en la que supuestamente se habrían producido los abusos a menores y la trata de seres humanos. Eso sí, fue una visita breve. De médico, que se decía antes.

Staley jura y perjura que no sabía nada. Y hasta le ha confesado — asegura la prensa británica— a algunos de sus colaboradores más cercanos que Epstein le echó una mano a una de sus hijas con la solicitud de acceso a la universidad, cosa que, desde luego,no habría dejado que sucediera si hubiera sabido en lo que andaba Epstein. También mantiene que rompió todos sus lazos con él en el 2015, cuando llegó a Barclays. Y que «lamenta profundamente» haberlo conocido y haberlo contado entre sus amigos.

Es el tercer máximo ejecutivo de la entidad que sale por la puerta antes de tiempo. En el 2012 lo hizo Bob Diamond. También por un escándalo, pero bien distinto a este. Lo suyo fue por el amaño del líbor (el tipo al que se prestan el dinero los bancos en el mercado interbancario de Londres y al que están referenciados los tipos de interés de préstamos por 400 billones de dólares en el mundo, cinco veces el PIB mundial). Y después, en el 2015, Antony Jenkins. Este, por discrepancias con el consejo. Con todo, no se va Staley con una mano delante y otra detrás. El banco le ha prometido 2,8 millones de euros, una contribución de 140.000 euros a su pensión y pagarle los costes de su mudanza de vuelta a EE.UU. Para sustituirlo, Barclays ha elegido a C. S. Venkatakrishnan Venkat (Mysore, la India, 1966). Es experto en riesgos y en derivados. Que se lo digan si no a JPMorgan, entidad para la que trabajaba en el 2012 y a la que advirtió de posibles pérdidas millonarias (6.300 millones de dólares, para ser exactos) en una operación de derivados. Ni caso le hicieron. Y acertó. El caso es conocido en el mundillo financiero como el de la Ballena de Londres. Toda una alfombra roja para llegar hasta lo más alto del segundo gran banco británico.

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