Laura Roeder, la reina de las redes

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La fundadora de Meet Edgar, una popular aplicación que ayuda a los autónomos y a las pymes a actualizar sus perfiles en redes sociales, se ha convertido en un símbolo del emprendimiento en Estados Unidos

27 jun 2021 . Actualizado a las 12:47 h.

Andaba todavía en Secundaria y ya diseñaba webs. Aprendió a programar por su cuenta a los 12 años para hacerse su propia página en Internet. A los 20 se graduó en la Universidad de Texas. Y, nada más acabar, se marchó a Chicago a trabajar. Como diseñadora gráfica. Lo dejó a los 22 para buscarse las habichuelas por su cuenta. Nada como ser tu propio jefe, debió de pensar.

Era aquel el momento del despegue de Twitter y Facebook; y ella, que fue de las primeras de su campus en apuntarse a la red social de Mark Zuckerberg, decidió que se subiría a ese tren. Aprovechó el tirón. Construía webs para pequeñas empresas y les aconsejaba sobre cómo hacerse un hueco en las redes sociales. «Como siempre me ha gustado hablar en público, comencé a hacer vídeos sobre márketing en redes sociales desde mi habitación, y a organizar seminarios digitales sobre cómo sacarle partido a Facebook y Twitter para impulsar pequeños negocios», ha contado ella misma en alguna que otra entrevista.

Hablamos de Laura Roeder, fundadora y directora ejecutiva de Meet Edgar, una popular aplicación que ayuda a los autónomos y las pequeñas empresas a actualizar sus perfiles de redes sociales de manera automática. La idea: que el dueño del negocio se concentre en administrarlo y no pierda su valioso tiempo en administrar las redes, que para eso ya está Edgar. «¡Deje que el software haga lo que puede hacer el software para que usted pueda hacer lo que solo un ser humano puede hacer!». Es su máxima.

La creó en el 2014, con el dinero que había ganado impartiendo cursos en la red sobre la materia por los que cobraba entre 45 y 220 dólares. Tan efectiva resultó ser su herramienta, que en sus comienzos consiguió que uno de los pequeños negocios que se contaban entre sus clientes pasara de 700 a 20.000 seguidores en Twitter en tan solo seis meses. Todo un logro en aquellos primeros tiempos. Pequeño, en cualquier caso, al lado de los 100.000 dólares en ingresos recurrentes que ya había logrado la aplicación cuando todavía no había cumplido su primer año de vida. Once meses tenía cuando alcanzó ese listón.

No es extraño, pues, que Roeder se haya colado en las listas de los cien mejores emprendedores de menos de 30 años en más de una ocasión. Méritos no le faltan. Que por algo la llaman la reina de las redes. Hasta ha estado como invitada en la Casa Blanca para hablar de su experiencia como empresaria.

«Si alguien me hubiese dicho hace años que viviría de las redes sociales, me habría echado a reír», ha contado Roeder en alguna entrevista. Lo mismo pensaba su familia. Sus padres no entendían lo que estaba haciendo con su vida. Aquello de dejar el trabajo para dirigir las redes de otros les sonaba a chino. Su madre incluso contaba que su hija Laura era escritora porque había publicado un manual sobre márketing digital en Twitter. Fue la forma más fácil que encontró su progenitora para contarle a quienes le preguntaban por ello a qué se dedicaba exactamente su querido retoño. Madres... ¡Qué les voy a contar! A Laura aquello le producía risa.

Bastante menos gracia, por no decir ninguna, le hacía el escepticismo que mostraban muchos de sus clientes cuando descubrían que la que estaba al frente del negocio era una mujer. «He sido muchas veces blanco de la misoginia, pero el éxito me ha dado mucha confianza en mí misma», resume la empresaria. Casada y con dos hijos, no está dispuesta a robarle más tiempo del necesario a los suyos. De ahí que defienda, a capa y espada, eso de saber delegar. De hecho, hace tiempo ya que no está encima del día a día de la empresa. Solo en las grandes decisiones. Es parte de su éxito, defiende.