Físicos que ayudan a dar con nuevos fármacos

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

MERCADOS

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La «spin off» de la USC S4SD desarrolla un «software» de análisis de datos que ya está siendo utilizado por cuatro de la diez farmacéuticas más grandes del mundo

28 oct 2019 . Actualizado a las 11:48 h.

Su nombre es AFFINImeter y se constituyó hace cuatro años como una spin off de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), dentro del departamento de Física Aplicada, con capital cien por cien gallego. La idea inicial de los promotores de la empresa innovadora estaba basada en el desarrollo y comercialización de un software de análisis de datos que permitiera poner al alcance de muchos investigadores los análisis avanzados que ya se venían realizando en sus departamentos. La herramienta permite sacar mayor provecho de los experimentos biofísicos que se realizan en las primeras fases de los programas de descubrimiento de fármacos.

 «Desde un punto de vista técnico, hemos sacado al mercado un software para el análisis de datos obtenidos por calorimetría y resonancia magnética nuclear para la caracterización termodinámica y cinética de las interacciones moleculares; para explicarlo más sencillo, esto permite estudiar potenciales fármacos en los que, hasta ahora, sus interacciones con proteínas dianas eran demasiado complicadas para que pudiesen ser analizadas. Esto aumenta las posibilidades de éxito de los programas de descubrimientos de nuevos fármacos», explica Juan Sabín, CEO de la compañía.

 El software ya está siendo utilizado por cuatro de las diez principales farmacéuticas del mundo: Bayer, Lilly, Novartis y Roche, además del MIT de Boston. 

Horizonte alentador

Los promotores de esta pequeña empresa de base tecnológica aspiran a que AFFINImeter se convierta en el método de referencia internacional en el análisis de datos de calorimetría, de forma que puedan establecer una nueva vía de negocio en la caracterización biológica de interacciones moleculares.

Hasta ahora, el mercado de esta spin off ha sido fundamentalmente internacional, dirigido sobre todo a Estados Unidos y Canadá, Japón y Europa Central. «Además de las industrias farmacéuticas y biotecnológicas, también tenemos un nicho de negocio en el sector académico, en los departamentos de física y química de muchas universidades de todo el mundo, como la Rockefeller University, Rochester University o Tokio University», explica Juan Sabín.

 Además de él, el equipo de esta empresa con apenas un lustro de vida lo forman Ángel Piñeiro, cofundador y profesor del departamento de Física Aplicada de la Universidade de Santiago; y Miguel Fernández, asesor financiero. También cuentan, en función de las necesidades de la compañía, con la colaboración de programadores y químicos.

El nombre comercial de la compañía es AFFINImeter, socia del Clúster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida (Bioga). Tal y como explican los promotores, Software4Science es como se llama oficialmente la empresa, constituida como una sociedad limitada. Las previsiones de facturación al cierre del año 2019 son todavía muy modestas y rondarán los 120.000 euros. «Los ingresos este año llegaron fundamentalmente a través de la venta del software para el análisis de datos obtenidos por calorimetría y resonancia magnética nuclear para la caracterización termodinámica y cinética de interacciones moleculares», precisa Sabín.

Otras vías

La compañía tiene confianza en que esos datos de facturación puedan incrementarse en los próximos ejercicios y gracias al desarrollo de una nueva vía de negocio basada en la prestación de servicios para la caracterización biofísica de las interacciones moleculares. También pretenden afianzar su crecimiento con acuerdos y alianzas estables con fabricantes de equipamientos de laboratorio, fundamentalmente localizados en Estados Unidos y el Reino Unido.

En la web de esta joven empresa (www.affinimeter.com), que está en inglés, se explican todos los avances desarrollados hasta ahora. Este proyecto supone un paso más en la necesidad de avanzar en cómo debe trasladarse el conocimiento y la investigación de las instituciones académicas al mundo de la empresa, de forma que la innovación generada no se quede en los despachos y sirva para crear valor y riqueza en el entorno de una economía basada en el conocimiento.